Saber por qué te maquillas tiene muchas implicaciones que es posible que no te hayas atrevido a reconocer.
Yo era totalmente inconsciente de los motivos que me llevaban a pintarme el ojo cada día o arreglarme todo lo que podía cada vez que tenía que salir.
Hacerme consciente de estos motivos que jamás pensé que me estuviesen haciendo tanto daño ¡me ha liberado muchísimo!
Al mismo tiempo, he tenido que tragarme muchos de los prejuicios que vertía sobre aquellas mujeres que van siempre muy maquilladas, puesto que el problema no está en la cantidad de maquillaje…El problema es bastante más profundo.
Aunque este tema de “por qué se maquillan las mujeres” era un tema que, a priori, no me interesaba nada, ha empezado a interesarme a raíz de mis propios y recientes descubrimientos.
He descubierto que me afectaba mucho más de lo que creía.
Casi todos los artículos que he leído sobre el asunto son ofensivos o para las que se maquillan o para las que no se maquillan, y yo no quiero entrar ahí.
Vamos a verlo desde otra perspectiva.
Es cierto que el maquillaje se usaba en las culturas antiguas como forma de expresión tanto para hombres como para mujeres pero, si ese es el argumento que me vas a dar para perpetuar estos comportamientos dime, ¿cuántos hombres se maquillan hoy en día?
Si concreto un poco más y pregunto ¿cuántos hombres heterosexuales se maquillan hoy en día?, el tema cobra otro sentido.
No se trata de si antes se usaba como forma de expresión y ahora como imposición de la sociedad patriarcal, el tema va mucho más allá y simplificarlo de esa manera no creo que te ayude mucho.
Lo único que se consigue tirando piedras a otros tejados es generar polémica y apartar el foco de lo verdaderamente importante: ¡Tú!
¿Por qué Tú te maquillas?
Quiero contarte las conclusiones que he sacado a cerca del por qué te gusta maquillarte y qué se esconde detrás de esta decisión, aparentemente inofensiva.
¿SABES POR QUÉ TE MAQUILLAS?
He leído muchísimo a cerca de los motivos que llevan a una mujer a maquillarse, pero quizá tú misma nunca te hayas parado a reflexionar sobre el tema.
Puede ser también que tengas algo de miedo de profundizar ahí porque, normalmente, cuando se profundiza en algo pueden salir a la luz argumentos incómodos a los que te da pavor enfrentarte.
Pues te invito a que te tomes esto con gracia porque es un tema que nos afecta a casi todas y en el que hay mucha tela que cortar.
Deja fuera el miedo e intenta mirarte con honestidad.
MOTIVOS POR LOS QUE YO ME MAQUILLABA
Yo era de esas mujeres que “se arreglan poco” y que criticaban a esas otras mujeres que “se arreglan mucho”.
Sí, yo creía que me “arreglaba poco”…Y en este momento mis amigas se tienen que estar partiendo de la risa.
El caso es que yo lo pensaba así porque:
– No compraba ropa de marca
– Cada día me daba más pereza ir de compras
– Mi trabajo me obligaba a ir en chándal cada día
– Los días de trabajo sólo usaba la raya del ojo y el rímel
– Para salir sólo llevaba: raya de ojo y rímel, base de maquillaje, colorete y pintalabios
– Sólo gastaba 10 minutos en maquillarme…
Sin embargo, era incapaz de salir a la calle sin el ojo pintado y sin el chándal bien combinado porque:
– Me daba vergüenza que me viesen los demás
– Si me miraba al espejo no me reconocía
– Parecía más cansada
– No le gustaría a un supuesto príncipe azul que aparecería por allí en cualquier momento
Era una esclava total de mi imagen, y aún así criticaba y miraba con pena a las mujeres que iban siempre hiper mega arregladas, porque yo no era consciente de mi problema.
EL DÍA QUE ENTENDÍ POR QUÉ ME MAQUILLABA
Aunque yo no tenía consciencia de mi «problema» y seguía sin entender para qué las mujeres se maquillan (a pesar de hacerlo yo misma), llegó un momento en que algo cambió para mí.
Fue justo en el viaje mochilero que he hecho con mi pareja, recorriendo Asia durante 7 meses.
Puesto que la raya del ojo, el rímel y el gloss son cosas que ocupan muy poco espacio, las eché en mi mochila sin pensármelo dos veces. ¿Cómo iba a ir por la vida sin pintarme la raya del ojo? Habría que hacerse fotos en algún momento, ¿no?
Como el vuelo Madrid-Sri Lanka era largo y con varios transbordos, pensé que sería absurdo pintarme el ojo puesto que estaría casi todo el tiempo durmiendo y sería peor el remedio que la enfermedad. Total, en ese avión nadie me conocía ni me juzgaría.
Cada vez que hacíamos alguna foto pensaba: “¡joder, qué horror de careto que tengo!”, pero a partir de la décima foto, más o menos, empecé a acostumbrarme a verme al natural y dejó de importarme tanto.
Date cuenta que llevaba muuuuuuuuchos años pintándome el ojo cada día. ¡Cómo no iba a verme rara sin pintar!
Pero seguía sin entender que tenía un problema.
Ya habían pasado varios meses de viaje cuando, un día, no recuerdo por qué, me dio por pintarme el ojo igual que hacia siempre.
Cuando salí del baño, Manué me miró horrorizado y me dijo: “pero…¡¿qué te has hecho?!”
“¿Qué pasa cariño?”, le respondí yo.
“¿Tú te has mirado al espejo?”, me volvió a decir él.
Pensé que después de un par de meses sin pintarme, habría perdido la práctica y se me habría ido la mano con la raya del ojo, así que fui corriendo a mirarme al espejo otra vez.
¡Mis ojos estaban perfectos! ¡Tal y como me los pintaba siempre!
Salí del baño y le pregunté a Manu por qué se había puesto así, cuando mis ojos estaban perfectos.
“¡Anda ya y quítate eso!”, me dijo.
“Pero…¿por qué?, si siempre me he pintado igual” (más que nada porque lo de aprender técnicas de maquillaje es una de las cosas que más pereza me ha dado en la vida).
“¡Nunca te has pintado así!”, afirmó Manué.
“Venga ya cariño, que llevo pintándome el ojo exactamente igual, cada día, desde que nos conocemos, y desde que tengo uso de razón”.
Los dos nos echamos a reír de lo absurdo de la situación, y él seguía sin estar convencido de lo que yo le estaba diciendo.
Hacía menos de dos meses que había dejado de pintarme como lo hacía cada día y mi chico ya no recordaba aquella cara.
Tengo que reconocer que me halagó muchísimo cuando me dijo:
“Pues no te vuelvas a pintar más. Me gustas más al natural”
Ese día entendí por qué me maquillaba yo:
– Pensaba que a los demás les gustaba más maquillada
– Me veía más guapa porque no tenía confianza en mí misma
Pero tus motivos podrían ser otros…
POR QUÉ LAS MUJERES SE MAQUILLAN TANTO
Existen muchos argumentos al respecto. Yo, sin estudios científicos ni investigaciones rigurosas (¡Oh dios mio, sí, eso he dicho, sin estudios científicos!), me voy a atrever a presentarte las razones por las que yo creo que las mujeres se maquillan tanto. Pero si quieres estudios científicos, aquí tienes alguno.
MOTIVOS «NEGATIVOS» POR LOS QUE TE MAQUILLAS
Ya te lo he pedido antes pero te lo vuelvo a pedir: sé honesta contigo misma para poder sacarle el mayor partido a este artículo.
Puede que estos sean los motivos que te estén llevando a maquillarte:
– Baja autoestima
– Presión social
– Imposición del patriarcado
– Porque ni te has parado a tomar conciencia de ello
– Por miedo al qué dirán
MOTIVOS «POSITIVOS» POR LOS QUE TE MAQUILLAS
Sin embargo, hay que reconocer que hay muchas mujeres que no se maquillan porque sufran baja autoestima o alguien se lo imponga. Si eres una de estas mujeres te maquillas:
– Porque te da la gana
– Porque lo consideras una expresión artística
– Porque te ayuda a sentirte mejor
– Porque resalta tus virtudes
– Porque te divierte
Aluciné muchísimo con este artículo pero creo que lo más interesante está en los comentarios, donde podrás ver opiniones que defienden ambas visiones y enriquecen mucho el debate.
LA IMPORTANCIA DE ENTENDER POR QUÉ TE MAQUILLAS
Lo realmente importante es saber reconocer por qué te maquillas y solucionar el problema de base, si es que lo hay.
Si no existe ningún problema para ti con esto, genial, pero párate de nuevo a analizar si estás siendo sincera contigo misma.
Si no sabes que hay un problema, no podrás solucionarlo, y tapar sólo sirve por un tiempo. Al final todo acaba saliendo de una u otra manera y cuanto más tarde en salir, mayor se habrá hecho el problema.
¿QUIÉN TOMA LAS DECISIONES EN TU VIDA?
¿Has tenido la valentía de preguntarte alguna vez quién, o qué, toma las decisiones en tu vida?
Yo me di cuenta de que, con esto del maquillaje, yo no estaba tomando mis propias decisiones, me estaba dejando llevar por lo que los demás pensaban, o lo que los demás esperaban de mí por ser mujer.
El largo recorrido en desarrollo personal que he llevado toda la vida, y más recientemente el viaje mochilero que he hecho por Asia han permitido que cada vez me sienta más capaz de mostrarme tal y como soy.
Ahora las decisiones las tomo yo, mucho más que antes. Vivía auto engañándome, pensando que hacía las cosas así porque yo quería.
¡Pero era mentira!
– Me maquillaba porque mi baja autoestima me hacía verme más guapa con un poquito de pintura.
– Me maquillaba porque era lo que se esperaba de una mujer.
– Me maquillaba porque era incuestionable, era una imposición, había que maquillarse y punto.
¡Quien tomaba las decisiones era mi miedo! No era yo. No estaba escuchando a mi corazón para tomar la decisión de maquillarme o no maquillarme.
Si resulta que:
– No me gustaba maquillarme
– Me aburría tener que hacerlo
– Me sentía incómoda cuando iba maquillada
¿Por qué narices lo hacía?
Y hasta que no averigüé que esa decisión no estaba siendo tomada con conciencia por mí misma, pensando en lo mejor para mi, no fui capaz de dejar de hacerlo como imposición para empezar a hacerlo con libertad
APRENDE A TOMAR DECISIONES DESDE LA LIBERTAD
Si tú también te maquillas pero te importa una mier.. el mundo del maquillaje, toma conciencia de por qué lo haces para que puedas tomar la decisión con libertad.
No pasa nada si descubres que te maquillas porque tienes baja autoestima, o al contrario te maquillas porque te divierte.
Lo importante es conocer tus porqués, y seguir haciéndolo, o no, de forma consciente y voluntaria, no porque te dejas llevar por los demás. Porque si te dejas llevar en algo tan simple, quién sabe en qué otras cosas más importantes de tu vida también lo estarás haciendo.
No significa que si descubres por qué te maquillas tengas que dejar de hacerlo, ¡para nada!
Es más, llevo ya un tiempo que lo único que utilizo de vez en cuando es el rímel, pero tengo que reconocer que hay momentos en los que si me pintase la raya y me pusiese pintalabios me vería mucho mejor.
No soy perfecta, ni pretendo dejar de maquillarme para siempre, sólo busco ser más consciente y más libre, para poder ser más auténtica.
¡Nunca seremos perfectas, pero quizá podamos ser libres!
NADA ES BUENO O MALO EN SÍ MISMO
Como te decía antes, maquillarse o arreglarse no es malo en sí mismo. Nada es malo o bueno porque sí.
¿Quién puede decidir lo que es bueno o malo para ti? Yo no, desde luego.
La única persona que puede saber si algo es bueno o malo para ti, eres tú.
Yo reconozco que para mi maquillarme es un engorro:
– Pierdo un tiempo valiosísimo que podría estar usando en otras cosas
– Acumulo pinturas y potingues que al final nunca me pongo
– Me hace sentir incómoda
– Lo uso para disimular mi baja autoestima
– Me siento disfrazada
– Contamino mi cuerpo con tanto químico
Así que de ello se podría deducir que maquillarse no tiene sentido para mí, no es bueno para mí, así que decido maquillarme en contadas ocasiones.
Si para ti trae más ventajas que inconvenientes, ¡adelante, maquíllate cada día!
¿Esa eres tú? ¿Te sientes mejor así? ¿Lo necesitas o lo haces porque quieres?
Lo único que quiero es que tomes la decisión de hacerlo con conciencia, porque es realmente lo que tú quieres.
Una mujer que se maquilla mucho y una mujer que se maquilla poco son igualmente valiosas, nadie te puede juzgar por eso.
Los testimonios insultantes que he escuchado de las mujeres que se arreglan mucho hacia las más “hippies”, me parecen igual de innecesarios que los que hacen las “hippies” a las consideradas más pijas.
Si entras a juzgar, malinterpretar y mirar para fuera, nunca entenderás quién eres, qué es lo que necesitas y vivirás una vida a medias, sin conciencia. Tu vida no se arregla criticando a nadie.
¿Quién tiene plena capacidad para decidir lo que es bueno o malo?
CÓMO AFECTA TODO ESTO A TU VIDA
Si tienes el mismo problema que yo y te maquillas porque así te sientes más valiosa, porque temes la opinión de los demás, por falta de seguridad, ¡tienes que hacértelo mirar!, si tú quieres claro.
Durante el viaje mochilero que te comentaba me he ido dando cuenta de lo absurdo que resultaba mi comportamiento. Eso no era lo que yo quería, esa no era yo, eso no ayudaba a mi ser a evolucionar.
Pero no es fácil…No es fácil saltarse los estereotipos, los prejuicios de los demás, sus opiniones…pero es más difícil todavía lidiar con tus propios prejuicios.
Cuando dejes de culpar a la sociedad por lo que te está haciendo como mujer y te responsabilices de la parte que te corresponde, podrás hacer las cosas que necesitas para sentirte mejor contigo misma.
Y una de esas cosas que yo he hecho ha sido dejar de maquillarme y de ser una prisionera de mi armario.
Esto tan “tonto” que estoy comentando contigo puede afectarte muy negativamente desde el momento en que tapas con cosas externas tu verdadera personalidad, tu verdadera esencia.
¿De qué te sirve parecer tan guapa a los demás por tu forma de arreglarte si cuando tú te miras al espejo no te gustas?
¡Empieza por ahí!
Una cosa es maquillarse para tapar defectos y otra muy distinta maquillarse para destacar virtudes, pero no te engañes más…
«¡La verdad te hará libre!», decía un tal Jesús…
CONCLUSIONES
Cuando volví del viaje por Asia, volver a tener que ponerme mi ropa normal, mis zapatos normales, mis adornos habituales…me molestaba muchísimo.
Había estado tan a gusto llevando cada día la misma ropa y el mismo calzado, sin preocuparme por no rascarme el ojo para que no se estropease el rímel, etc, etc, etc, que me prometí a mi misma que no volvería atrás en ese sentido.
Y aunque es muy difícil no dejarse llevar por “los demás”, sólo tienes que estar consciente para darte cuenta de lo esclava que eras de la mirada ajena y ¡dejar de serlo!
Recuerda que tú decides lo que quieres en tu vida, tú decides lo que muestras y lo que no, tú decides si apuestas por el amor o por el miedo. Pero lo decides tú, conscientemente, escuchándote, sabiendo lo que necesitas.
Si no sabes lo que quieres, lo que necesitas, lo que es mejor para ti…empieza por ahí.
Si lo que quieres es dejar de ser una esclava de tu imagen para vivir una vida real, auténtica, llena de libertad, empieza dando pequeños pasitos de empoderamiento que te conviertan en la mujer que quieres ser o que, simplemente, muestren por fin a la mujer que llevas años escondiendo.
Tú y sólo tú decides por qué te maquillas.
“La belleza de una mujer está en su alma” (Audrey Hepbur) independientemente de que vaya maquillada o no
Estoy totalmente de acuerdo con Audrey y además me dedico a ayudar a las mujeres a sentirse bien por dentro para poder reflejarlo fuera. Al revés no funciona.
Así que si te preocupa tu imagen y por eso te maquillas, cuida tu salud con buena alimentación y ejercicio y verás qué bien se te pone la piel.
Si quieres intentarlo, me tienes aquí.
Y ahora cuéntame…
¿Tú por qué te maquillas?
¿Te gustaría aportar algo al respecto?
¿Crees que las mujeres, por lo general, somos esclavas de la imagen?
¿Eres una mujer consciente que se ha dado cuenta y se ha liberado?
¿Te maquillas realmente por decisión propia?
¡TE ESPERO EN LOS COMENTARIOS!
Un abrazo