He escrito este artículo con una tremenda ilusión, porque representa justo lo que creo que el feminismo ha hecho por mí y, al mismo tiempo, sienta la bases de lo que mi nuevo paradigma feminista puede hacer por ti, desde una visión un poquito diferente de la habitual.
Al menos esa era mi pretensión, aportar un nuevo enfoque a un tema tan controvertido.
Esto no quiere decir que yo sea una de esas personas que reniega del feminismo, todo lo contrario: creo firmemente, y defenderé siempre, que el feminismo es un movimiento enriquecedor y necesario que nos permitirá hacer del mundo un lugar más igualitario, más equitativo, más auténtico y pacífico.
Peeeeeeeero, tengo mi propia visión del nuevo feminismo y necesito contártela y saber tu propia opinión.
Desde que he empezado a hablar de feminismo, muchas personas, sobre todo mujeres, me invitaban a buscar otra manera de comunicarme con mi audiencia.
Me han aconsejado en numerosas ocasiones alejarme de una etiqueta tan usada y malinterpretada como la de “feminista”. Pero es que resulta que yo no tengo la culpa de que haya personas que malinterpreten o sientan que el término feminista no les define, les incomoda o les genera rechazo.
No soy responsable de los sentimientos de otras personas y bastante tengo con responsabilizarme de los míos propios, ¿no crees?
Yo no puedo cambiar porque haya personas que vayan a malinterpretar mis palabras, faltaría más.
Si alguien malinterpreta lo que digo es porque le interesa hacerlo y es su problema, yo ahí no tengo nada que ver.
Pero la forma de transmitir mi mensaje sí que va a cambiar, con vistas a alcanzar un nivel de comprensión más elevado, basado en el amor por mi opinión y las opiniones diferentes de los demás, para llegar a un punto conjunto de empatía y compasión.
A veces solo se trata, simple y llanamente, de respeto.
Quiero explicarte por qué he unido los términos «feminismo» y «minimalismo», para crear el término «feminalismo» y cómo esta nueva forma de ver la vida te puede ayudar a ser una mujer mucho más auténtica y libre.
Es posible que mi visión del nuevo movimiento feminista que creo que debería crearse te sorprenda bastante en algunos momentos…Sólo te pido que me leas con la mente abierta y el corazón receptivo.
Y luego me cuentas lo que te parece 😉
EN QUÉ SE BASA MI NUEVO PARADIGMA FEMINISTA
Mi nuevo paradigma feminista ha sido creado desde una visión diferente de la realidad, fruto de mis vivencias y mi evolución constante.
Con los años, todo lo que pienso y siento ha cambiado mucho, a pesar de que lo normal en mí era ser una persona con las cosas claras y las ideas fijas.
Poco a poco me fui dando cuenta de que si quieres evolucionar, tus ideas tendrán que evolucionar contigo. Si piensas, sientes y haces las mismas cosas que hace 10 años es porque estás en el mismo punto.
Si manifiestas las mismas opiniones durante toda la vida, lo más probable es que sea porque no ha habido cambios en ti.
Que no es bueno, ni es malo, simplemente es.
MI ANTERIOR VISIÓN DEL FEMINISMO
Desde que tengo uso de razón me he considerado una mujer feminista, incluso mucho antes de saber que existía un término para ello. ¿Por qué? Porque luchaba con uñas y dientes para defender los derechos de las mujeres.
Uno de los problemas que tenía mi visión feminista de entonces era que achacaba toda la culpa de mi situación a los hombres y no reconocía que, en efecto, tenemos diferentes capacidades.
Para mí, ellos eran los que habían conseguido relegarnos a un segundo plano. Mi filosofía encajaba muy bien con la definición que aparece en este artículo y que culpabiliza a los hombres de todas nuestras desgracias.
Me enfadaban tanto las injusticias que tenían que ver con nosotras que podía llegar a enemistarme con alguien que no compartiese mis ideas feministas.
Para mí era tan obvio que no había más formas de ver las cosas, que la rabia me inundaba cuando alguien pretendía rebatir mis opiniones en este tema.
¡Jamás tuve un novio que se atreviese a manifestar un ápice de machismo! ¡Hubiese sido imposible!
QUÉ SIGNIFICA «FEMINISMO» REALMENTE
Estoy muy cansada, pero me aguanto, de que se considere «feminismo» lo contrario de «machismo».
Esta confusión es fruto de la ignorancia y la incomprensión. Lo único que hace falta para solventarlo es irse a buscar las definiciones antes de opinar.
Quizá aquí radique el primer problema.
¿Te puedes creer que no he encontrado ninguna definición de feminismo que me convenza?
– La de la RAE se me queda corta.
– La de la Wikipedia creo que se va bastante por las ramas.
– Y esta otra es para echarse a llorar.
No me extraña que con las definiciones disponibles la gente no quiera identificarse con el feminismo.
Pero muchas veces usamos estas definiciones por miedo, porque en realidad sabemos que lo único que busca el feminismo, bien entendido, es la igualdad.
Y ahora llega el listo que dice: «Y entonces…¿por qué no lo llamáis humanismo o igualitarismo?».
¡Pues yo que sé hijo de mi vida!
¿Por qué utilizamos la palabra «mesa» en lugar de hablar de «objeto de cuatro patas con superficie plana en la parte superior que sirve para apoyar cosas»?
El lenguaje es historia, y la historia tampoco es una verdad absoluta y depende de nuestras interpretaciones.
Así que mejor nos centramos en lo importante y dejamos de tocar las narices, ¿no te parece?
QUÉ SIGNIFICA «FEMINISMO» PARA MÍ AHORA
Lo que significa «feminista» para mí es: persona que quiere hacer del mundo un lugar igualitario, donde todas las personas tengamos los mismos derechos, aún aceptando que tenemos diferentes capacidades. ¡Y ya está! Sencillo, ¿verdad?
¿Para qué darle más vueltas?
Pero claro, las cosas no son blancas o negras, ni siquiera son como yo las digo. Esta es sólo mi opinión sobre lo que me gustaría que entendieses por feminismo.
Quiero ofrecerte un «nuevo» feminismo:
– Sin luchas, sin contrincantes, sin enemigos, pero respetando muchísimo a tantas mujeres que han luchado a lo largo de la historia para mejorar nuestra situación.
– Donde no hay verdugos, así que tampoco víctimas, teniendo en cuenta que casi toda persona lo hace lo mejor que sabe.
– Donde la máxima es el respeto, porque cuando no te respetas a ti misma, no respetas a nadie.
– Donde me responsabilizo de mi situación porque yo soy la dueña de mi vida, igual que tú.
MI VISIÓN DEL MINIMALISMO EN RELACIÓN AL FEMINISMO
Según la definición de minimalismo, de lo que se trata es de “reducir a lo esencial, despojar de elementos sobrantes”.
El minimalismo se puede aplicar a cualquier cosa, para muchas personas ya se ha convertido en un modo de vida.
Si quieres entender un poco mejor cómo puedes vivir de forma más minimalista, el blog de Lucía Terol, Sencillez Plena, o el de Inma Torres que se llama Vida en Positivo, son fabulosos.
Mi intención, por ahora, no es vivir en una casa sin amueblar y vestir siempre con la misma ropa. Repito, por ahora.
Pero sí que me he ido dando cuenta de que al prescindir de ciertas cosas que tenían mucho que ver con los estereotipos que no permiten a la mujer ser libre, me he empezado a sentir más segura de mí misma.
Justo lo contrario que piensas que te va a pasar.
Yo creía que si me arreglaba menos, me compraba menos ropa y me ponía menos tacones, me sentiría más insegura y menos capaz de afrontar la vida. ¡Manda ovarios!
Una feminista que necesita pintarse el ojo para sentirse más mujer…No tiene mucho sentido, ¿verdad?
Así que si empiezas a ser consciente de todo lo que te sobra como mujer, tratas de quedarte con lo más esencial y te quieres quitar de encima lo que te pesa, ¡estás en el sitio adecuado!, esta forma de entender el minimalismo te va a gustar.
EL «FEMINALISMO»: FEMINISMO + MINIMALISMO
Cuando vino a mi cabeza el término “feminalismo”, totalmente inventado, me pareció una idea revolucionaria, como una revelación.
En cuanto le puse un poquito de mente y me paré a analizarla, me empezó a parecer una chorrada monumental.
Y claro, es que a veces ponerle demasiada mente a las cosas espontáneas que surgen de forma natural, es todo un absurdo.
Así que me dejé llevar por la idea, le di vueltas, la comenté con personas cercanas a ver qué les sugería y me acabó pareciendo un término maravilloso para expresarte lo que quiero decir de la forma más sencilla posible.
Simplemente unimos feminismo (ideología que defiende la igualdad de las personas, aún reconociendo diferentes capacidades) y minimalismo (reducir a lo esencial) y nos queda una mujer:
– Que asume su papel, comprendiendo el papel del otro e intentando llegar al entendimiento desde el amor.
– Que, al mismo tiempo, se libera de los estereotipos,
– supera sus complejos para sentirse libre
– y deja atrás todo lo que no le sirve en su propósito.
EL NUEVO PARADIGMA FEMINISTA SE LLAMA FEMINALISMO. ¡Oh Yeah!
Y así surge mi nuevo paradigma feminista, gracias a la situación vital que estoy atravesando en este momento.
El feminalismo me permite identificarme mucho mejor con la mujer en que me estoy convirtiendo, sin dejar de ser feminista, ni de defender la igualdad de derechos aceptando las diferentes capacidades.
Pero, al mismo tiempo, lo hago desde una visión mucho más sencilla de la que tenía antes. Una visión llena de empatía, compasión y amor por las personas que sufren por culpa de las diferencias y por no saber establecer sus prioridades para llevar menos peso en la mochila de sus vidas.
Si eres una mujer que ha dejado de sentirse víctima para coger las riendas y ha decidido desprenderse de todo lo que la estaba frenando, llevas el «feminalismo» en tus venas.
DEFINICIÓN DE FEMINALISMO
Si necesitas una definición más clara y concisa, podríamos decir que el feminalismo es:
Forma de ver la vida basada en la equidad y en el respeto por la condición natural de las personas.
Eso sí, ten muy en cuenta que todo en la vida es cambiante, como esta definición. Todo cambia, se transforma, evoluciona, ¡y me parece precioso!
CÓMO HE LLEGADO A CONVERTIRME EN UNA FEMINALISTA, MI HISTORIA PERSONAL
Esta historia del feminalismo no ha surgido de la nada.
No estaba un día aburrida en casa y dije: “Oye, ¿y por qué no me invento un palabro?”. No, no fue así para nada.
La cosa surgió de la siguiente manera:
Como bien sabes, hace ya más de un año que cambié toda mi vida para irme a viajar por el mundo con mi pareja.
El viaje, al ser un viaje mochilero, nos reducía bastante la posibilidad de llevar demasiadas cosas. Tratamos en todo momento de llevar el menor equipaje posible, porque íbamos a tener que cargarlo a nuestras espaldas durante 7 meses.
En principio parecía que lo de llevar el mínimo equipaje posible sería un problema, sobre todo por tener que reducir al máximo la cantidad de modelitos, ¡pero se acabó convirtiendo en la mejor idea del mundo!
Eso de:
– no tener que perder tiempo cada mañana en pensar lo que me tenía que poner,
– vestir siempre con ropa cómoda,
– poder andar descalza a menudo,
– quitarme la necesidad de pintarme el ojo todos los días,
– reducir la cantidad de cremas y potingues varios que me echaba en el cuerpo,
– peinarme sólo si era estrictamente necesario (y casi nunca lo es)
– etc, etc, etc…
¡cambió mi vida!
Pasé de ser una prisionera de mi misma a liberarme como nunca pensé que lo haría.
Mis necesidades cambiaron:
– Ya no necesitaba casi nada de ropa
– Tampoco necesitaba un calzado para cada ocasión
– Comprar ropa por comprar me parecía absurdo
– El único maquillaje que llevaba encima era un rímel y un gloss rosa clarito (que los había metido en el equipaje antes de salir de España, con lo cual correspondían a la mujer que era antes del viaje)
– Lo de pintarme el ojo para ir a la playa quedó como un recuerdo vago en mi memoria.
Mis prioridades cambiaron:
– Prefería levantarme un poco más temprano para meditar o pasear que para gastar el tiempo decidiendo el modelito de hoy.
– Prefería ir cómoda a la playa sin pensar en no mojarme el pelo para no tener que volver a peinarme.
– Prefería gastarme el dinero en comida o en una actividad chula que en comprarme unos pantalones nuevos, sin necesidad.
Pasé de ser una persona totalmente inconsciente del peso que los estereotipos tenían para mí, a ser una persona consciente pero que no hacía ningún cambio por miedo, a liberarme de esas cosas que me hacían presa para sentirme más libre que nunca.
Y así es como me convertí en «feminalista». Me convertí en una mujer que:
– Sigue siendo feminista, pero una feminista con más consciencia,
– que asume su responsabilidad y se da cuenta de que para cambiar algo primero tiene que cambiar ella
– y que las cosas verdaderamente importantes son pocas y sencillas.
CÓMO TE PUEDE AYUDAR A TI ESTA NUEVA FORMA DE VER LA VIDA
El feminalismo te puede ayudar desde el momento en que asumes que eres una mujer que tiene la total responsabilidad de su vida y que quiere desprenderse de todo lo que no necesita y empezar a mostrarse como es.
Ello te ayudará a:
– Sentirte más segura
– Dejar de gastar energía en cosas que no valen la pena
– Establecer las prioridades que te harán realmente feliz
– Liberarte
– ¡Y volar!
¿Cómo puedes conseguirlo?:
– Poniendo conciencia a tu forma de ser
– Aceptándote como eres
– Desprendiéndote poco a poco de lo que no te mantiene presa de ti misma
– Asumiendo tu responsabilidad
Yo no pude cambiar nada hasta que no supe que quería cambiar algo. Pensaba que todo estaba bien, que eran las demás mujeres las que tenían problemas…¿y sabes por qué pensaba que ellas tenían un problema?
¡Por que el problema lo tenía yo!
Hasta que no me paré:
- a observar por qué yo hacía ciertas cosas,
- fui consciente de por qué quería seguir haciéndolas
- y me atreví a experimentar qué pasaba si las hacía de otra manera,
no pude empezar a cambiar aquello que me frenaba en mi camino.
CONCLUSIONES
Es cierto que no me gustan demasiado las etiquetas, pero es que algunas son tan bonitas…
Creo sinceramente que un nuevo paradigma feminista basado en la responsabilidad de cada mujer de ser libre y dejar de arrastrar muchas cosas que no necesita, encaja perfectamente con la filosofía que quiero trasmitir desde RevolucionaT. Puedes verlo en este vídeo también.
El “feminalismo” es el nacimiento de una mujer nueva, más sencilla, más consciente, que sabe por qué se adorna y decide libremente si seguir haciéndolo o no, que conoce sus «limitaciones» y necesidades, pero también sus virtudes, y los acepta como maestras.
Es el nacimiento de una mujer que ha decidido ser ella misma, le pese a quien le pese, que ha decidido respetarse, respetando todo lo que le rodea y que ya no necesita ciertas cosas para ser feliz.
¡¡¿Qué me dices?!!
¿Te atreves a ser una “feminalista”?
¿Encuentras una definición mejor para el término “feminalismo”?
¿Tienes alguna duda o historia que te gustaría compartir en los comentarios?
¡Me muero de ganas de saber tu opinión!