• Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
Tania Carrasco logo transparente mediano
  • INICIO
  • SOBRE MÍ
  • CONSULTA
  • FORMACIÓN
  • BLOG
    • ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
    • DESARROLLO PERSONAL
    • MIS VIAJES
  • REGALO
  • CONTACTO

Penang

ÚLTIMOS DÍAS DE SOLEDAD EN GEORGE TOWN

25 marzo, 2017 por taniacarrasco Deja un comentario

Ya no queda nada para que vuelva Manué y podamos disfrutar juntos de George Town. No veo la hora. ¿Cómo le habrá ido? Estoy ansiosa por saberlo.

DÍA 8 Y 9 SIN MANUÉ

El octavo día sin Manué me levanté rara y me fui a desayunar a un sitio diferente del habitual. Juraría que me pusieron algo en mal estado porque nada más terminar me empecé a encontrar mareosa.

Esos detalles en mi, son suficientes para que me quede quietecita en casa. Soy de tensión baja, hace muuuuucho calor y si encima me he comido un huevo malo la podemos liar seria.

Le echo la culpa al huevo porque cada vez que paso por algún «establecimiento» y veo los huevos en la calle, todo el día, con la que está cayendo, pienso: «si lo raro es que no estemos todos malos».

El caso es que me he pasado el día perreando porque no me encontraba bien.

Pero el noveno día es otra cosa. He dormido chachi pilongui y me voy a dar un paseo por la ciudad.

Pensaba que ya lo había visto todo, pero nada más lejos de la realidad. Me he encontrado con cosas como esta, que es el templo hindú más bonito que he visto en todo el viaje.

Uno de los principales reclamos de George Town.

 

Tú no lo puedes apreciar porque la luz no es la más adecuada, pero tiene tanto color, tanta precisión en las formas, tanta belleza…que me he tenido que parar a contemplarlo un rato.

No me puede parecer más encantadora esta ciudad en lo que ha mezcla cultural se refiere.

Mezquita en George Town

Es cierto que hace unos días, Silvia, Isaak y yo renegábamos juntos de este lugar. Si es que teníamos muchas ganas de irnos a la playa…Pero cuantos más días paso aquí, más me doy cuenta de que la echaré de menos.

La comida malaya es espectacular. Sobre todo cuando no te ponen huevos en mal estado.

Hay tanta variedad que nunca sabes lo que estás pidiendo ni si es comida india, malaya, china, vietnamita, occidental o qué narices es. Hay tanto donde elegir que nos iremos sin haber probado casi nada.

Por no hablar de lo pintoresco que resulta pasar del barrio árabe, al barrio indio y luego al chino, o de repente encontrarte en una zona que te recuerda más a Europa que a cualquier otro sitio.

Todo eso hace que esta ciudad esté llena de color. El rojo y amarillo propio de los chinos, toda la gama de fosforitos que usan las hindúes en sus vestimentas, las árabes con sus pañuelos a juego con sus jerseys de punto…

Sí, aquí, mientras yo que soy la persona más friolera del mundo mundial se muere de calor, las señoras musulmanas llevan jerseys de punto, además del velo y los pantalones largos.

Que alguien me lo explique.

Bueno, ya pregunto yo. He ido a desayunar otra vez con mi amiga musulmana y he aprovechado.

Si hay una cosa que no soporto en esta vida es que alguien me de conversación mientras estoy comiendo sola. Si quiero conversación, pues como acompañada. Pero por favor, si me veis comiendo sola, es porque quiero comer sola.

Esta señora, me ha debido echar de menos y, cuando he llegado no me ha dejado tranquila nada más que en el momento en que ha tenido que ir a freírme los huevos.

Pero no te pienses que ese rato que ella se ha marchado he podido estar tranquila. No. Cuando ella se ha ido a freírme los huevos, ya se ha encargado de entretenerme su marido.

Muy simpático, eso si es verdad, después de repetirme aquello que ya me había dicho su mujer de que me parezco a Michelle Rodríguez, me ha sometido a un cuestionario improvisado.

Quería saber mi edad, por qué estaba sola, de dónde era, si estaba casada, si tenía hijos…Y luego, después de echarme 20 años, que no ha estado mal, se ha empeñado en que yo jugase al mismo juego con él y con un amigo que había en frente.

El amigo, al que yo lo hubiese echado 50 y muchos cuando se ha dado la vuelta, tenía 69 y era profesor de yoga. Como ha visto que lo mirábamos y sonreíamos, se ha acercado.

Era un señor mayor con un aspecto muy moderno y jovial. Un profesor de yoga, taichi y chikung, de los que se ven en las pelis. Con su ropa de yogui, sus collares y su sonrisa desdentada.

Le he debido caer bien y me ha invitado a su casa del árbol.

Es cierto que siempre he querido tener una casa en un árbol, como toda niña que se precie, pero de ahí a ir a conocer la casa del árbol de un señor que acabo de conocer…Me ha dicho mi madre que no me vaya con desconocidos.

Me ha estado contando las cosas que hacía y lo bien que se lo pasaba, y yo intentando sonreír al mismo tiempo que me comía los huevos…

Cuando el yogui se ha marchado, mi amiga ha retomado la conversación donde la habíamos dejado.

Me ha enseñado la foto de sus tres niñas preciosas, me ha contado lo cansada que está, que a ella no le gusta cocinar y no entiende cómo a la gente le gusta lo que cocina, que necesita hacer ejercicio porque antes de embarazarse pesaba menos…

Y así una larga conversación que ha durado un buen rato.

Si, si, si me encanta que la gente me hable y me cuente cosas. Pero que esas mismas cosas me las pueden contar cuando haya terminado de desayunar, ¿no?

De todas formas, que me cuenten cosas mientras desayuno no me importa, si se trata de un monólogo. Ahora, si me haces participar de la conversación, tenemos un problema.

Porque mientras mastico y te respondo, estoy pensando en las mil maneras que se me ocurren de asesinarte. Y eso ya no es tan chupi.

Pero en el fondo, aunque no haya podido dar ni un bocado tranquila, ha estado bien. Mañana volveré con Manué y así le conocen y nos hacemos una foto todos juntos.

No me puede caer mal la gente que me dice que me parezco a Michelle Rodríguez cuando llevo estas pintas de mochilera pordiosera. Eso es un gran punto a su favor. Veo que entienden de márketing.

De vuelta a casa, me he encontrado con esto en una pared…

 

¡Me encantan estos murales!

El resto del día me lo he pasado escribiendo…cuál ha sido mi sorpresa cuando de repente ¡recibo un wasap de Manué!

En su último día de retiro le habían devuelto el móvil y he podido hablar con él largo rato.

No me lo esperaba y por eso ha sido doble alegría.

Se me ha debido quedar una cara de tonta…

Lejos de lo que me había imaginado, está muy contento con su retiro y lo ha disfrutado mucho.

Dice que ahora come menos…Eso no sé yo si creérmelo…Mañana lo comprobaré y te lo cuento.

MANUÉ YA ESTÁ AQUÍ

¡No quepo en mi de gozo!

Parece que fuese el día de Reyes y que tuviese 5 años.

Creo que todas las cosas que vamos a hacer hoy no te las voy a poder contar.

Pero las que sean aptas para todos los públicos te las cuento sin problema, ¿vale Almudena?

Sobre las 10:50 de la mañana, alguien me llama desde la calle: «Tania, Tania», pensando que estaría esperándole desde el cuarto, cuando ya llevaba media hora pegada a la puerta de entrada.

¡Qué ilusión cuando he visto aparecer a mi naúfrado!

Menudas pintas tenemos los dos…

 

Ha sido un día muy raro porque parecía que llevábamos meses sin vernos. Teníamos mil millones de cosas que contarnos, no hemos parado de hablar ni un momento.

He querido llevarle a comer a un lugar que encontré hace unos días y que me gustó mucho, pero al llegar ya estaba cerrado.

Así que a la vuelta, en un Centro Comercial que hay muy cerca de donde nos alojamos pero que no conocíamos, paramos a comer en un sitio con pinta de caro.

Pues no sólo no era caro, sino que estaba todo súper bueno y ninguna de los platos que hemos elegido los habíamos probado antes.

 

Después de comer, hemos pasado al centro comercial en busca de crema hidratante para mi gepeto y nos hemos llevado una sorpresa…

Eso no era un centro comercial, era una especie de parque temático lleno de dinosaurios, superhéroes y restaurantes de todo tipo.

 

No he podido resistirme a fotografiarme con una réplica del hombre más alto del mundo. En principio, estaba prohibido acercarse. De hecho, tienen al hombre abandonado en una esquina a la que no se accede fácilmente.

A Manu le ha debido hacer gracia fotografiar al retaco de su novia al lado de ese señor, y le ha preguntado al guardia si nos dejaba hacernos una foto.

Para mi sorpresa, el señor guardia de seguridad nos ha dejado levantar la barrera que impedía que la gente pudiese acercarse a este señor, y hemos podido hacer la foto sin problema.

Pero lo mejor que hemos encontrado en ese «Centro Comercial» ha sido a este señor. Ahí, durmiendo, ajeno a dinosaurios, chiquillos gritando por todos lados, padres corriendo detrás de los chiquillos, y gente indiscreta haciéndole fotos…

 

Pero él estaba tan tranquilo…»Que hable el mundo que yo me quedo aquí tan a gusto».

Manu ha vuelto muy contento, muy tranquilo y muy flaco. De hecho, se ha notado bastante que su estómago no es el de antes. Al final va a ser verdad que come menos.

Ahora tengo que ayudarle yo a él a terminarse su comida.

Además, está radiante, como si viniese de un balnerio. Con ganas de volver a repetir en cuanto pueda, y llevarme con él.

Después de pasarnos el día paseando y charlando, compramos un poco de fruta y para casa. Mañana iremos a sacar el visado para Indonesia y le enseñaré todas las cosas que he ido descubriendo de esta ciudad.

¡Hoy sí que voy a dormir bien!

UN BESAZO MOCHITER@

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: arte callejero, comida malaya, el viaje de mi vida, George Town, malaysia, Penang

EL ARTE CALLEJERO DE GEORGE TOWN, Y SIGO SIN MANUÉ

23 marzo, 2017 por taniacarrasco 2 comentarios

Sigo en Penang, aunque esta zona es conocida como George Town por la influencia colonialista. Y sigo solita también, por cierto.

DÍA 4 SIN MANUÉ

Como ya sabes, estoy durmiendo regular, y encima tengo miedo de ir al baño por si hago más amigos…

Barbara y Lucas ya se han ido, camino de Filipinas. Isaak y Silvia se marchan hoy por la noche, así que quedamos para comer.

No he hecho mucha referencia a las comidas pero, si quieres comer barato, tienes que seguir dándole al arroz con cosas. Y la comida india estoy empezando a aborrecerla, es muy pesada.

Me estoy pasando a la comida china que, por cierto, nada tiene que ver con lo que encontramos en los chinos de España. Aquí es otro tema, mucho más variada.

Hoy a Isaak le apetece indio, y como es su útimo día aquí no voy a ser yo quien le quite la idea. Me pido un coco gordo y un arrocito con cosas, y tan ricamente.

El coco es una cosa que echaré de menos en España seguro, pero el arroz ni olerlo.

Es genial meterte en los restaurantes indios a 40 grados a la sombra y sentarte en esas sillas de plástico tan prácticas. Cuando terminas de comer, mientras haces la digestión, vas despegando el culo de la superficie a la que se ha quedado pegado sin remedio.

Lo bueno es que has perdido 2 litros de culo, porque eso suda que no veas.

Después de comer les acompaño a su hostal. Aún les quedan unas horas para coger el autobus pero yo quiero ponerme a escribir un rato.

Cuando me iba a despedir, aparece de la nada otra española. Una muchacha de zaragoza, como mi María de mi corazón que conocimos en Nepal. Noe, te vas a tener que venir para acá, total, la gente es la misma.

La señora, que me ha visto sola, insiste en que quedemos para hacer turismo. Y yo lo que quiero es aprovechar estos días que no está Manué para hacer lo que me salga de higo.

Pero nada oye, que no hay manera.

Menos mal que estoy perfeccionando el «no» y cada vez me sale mejor. Autoafirmándome en lo que me apetece y en lo que no. Y si quiero estar sola, quiero estar sola. ¿Me comprendes?

Unos días, sólo unos días, luego ya me vuelvo a unir a Manué y a quien haga falta, pero unos días más por favor.

¡4 meses acompañada tooooodo el tiempo!

¿Sabes lo que es eso?

Pues para ti no sé pero para mí es un poco chocante.

Así que estos días de rodríguez los quiero aprovechar.

Salgo a caminar cuando quiero, como cuando quiero y lo que quiero, escribo todo lo que puedo, intento no hacer amigos…Vaya, lo que me apetece en este momento y punto pelota sá acabao.

Manué estaba contento porque Silvia e Isaak se quedaban más tiempo, y así no me dejaba tantos días sola. Otro que debe no conocerme mucho…

Pero al final se han ido un poco antes, y a mi no me preocupa nada. Sobre todo porque en cuanto nos movamos de aquí nos los volveremos a encontrar. No me va a dar tiempo a echaos de menos amigos ?

En cuanto vuelva Manué, hacemos el visado para Indonesia y nos reunimos con ellos en las Islas Perhentian. Tengo unas ganas de llegar ya…

Las mismas ganas que tenía mi Silvia.

Descansad un poco vosotros también de tanta gente, que en nada nos volvemos a ver.

DÍA 5 SIN MANUÉ

Anoche, después de hablar con mis padres y cenar un poquito, me metí en la cama. Hoy he dormido requetebién.

Vuelvo a tener vecinos de habitación, una parejita asiática, pero no dan mucho ruido.

Lo que más me gusta de George Town es que vayas por donde vayas encuentras expresiones de arte callejero de todo tipo.

Me encanta ir caminando y encontrarme cosas como esta.

George Town, arte callejero

He vuelto a desayunar con mi amiga musulmana y he ido al marcado a comprar algo de fruta. Los albaricoques están a cojón de ovispo, pero a falta de jack fruit me he tenido que conformar con eso.

Hoy le estoy metiendo caña al blog a ver si en las islas puedo cogerme la semana libre ?

Estaba a punto de meterme en la cama pero he tenido que ponerme a escribir para que no se me olvidase ningún detalle de lo acontecido.

¿Alguien me puede explicar qué ocurre con todos los compañeros de habitación que me ponen?

En la misma habitación que esta el muchacho que me quiso invitar a salir el otro día, han metido ahora a una parejita de lo que yo diría que son chinos.

Sí, de la que te he hablado antes. Los que no daban ruido.

Juraría que son chinos por la forma de discutir que tienen.

Ella dice con voy de pito: «Guichi guichi guáaaaaaaaa»

Y él responde: «Chuchu-chí chin chin guá»

Y digo oye, pues serán chinos.

Ayer cuando llegan, me intercepta la muchacha por el pasillo para pedirme la contraseña del wifi. Que, por cierto, recordaba de puro milagro.

Esta mañana, que estaba yo trabajando tan ricamente en el piso de abajo, viene a darme conversación: que de dónde soy, que si no salgo a hacer turismo…Esto a las 12 del medio día.

Mira bonita, el turismo lo hago todos los días a las 8 de la mañana, a las 12 intento no salir para no derretirme, ¿qué te parece si me dejas trabajar tranquila?

No contenta con eso, esta noche, después de escucharles discutir y tener que aguantarme la risa, me toca a la puerta.

Mucho mejor impresión me llevé cuando vi al macizo del otro día, pero bueno…

Quiere saber qué puede hacer porque su marido (que luego ha resultado ser su novio) ha puesto mal el número de pasaporte en el billete de avión que tienen que coger pasado mañana.

Yo pensaba que estas cosas sólo le pasaban a Manué.

Ay amiga, cómo te entiendo.

¿Me dejas tranquila ya?

Resulta que entre los chinos también hay Manueles y yo no lo sabía…

Ahora entiendo esa discusión tan acalorada de hace un rato.

Pero ¿qué ta pasa conmigo guapita? ¿Tengo cara de genio de la lámpara?

Tienes un novio un poco cafre, de acuerdo, pero ahí no puedo hacer yo nada cariño…

Y se me olvidaba mencionar que a parte de todo esto, llevo todo el día pensando que aquí huele a durian. Como ya te conté hace tiempo, el durian es una fruta muy famosa aquí, pero que huele a vómito de cerdo.

Lo normal es que en los hostales haya carteles informativos, pegados por todos lados, prohibiendo esea fruta en el establecimiento, bajo multas bastante gordas.

Sorprendentemente, ese cartel no está en este hostal tan limpio y tan apañao. Así que estos chinitos han traído durian.

Si yo lo olía desde fuera a puerta cerrada, cuando hayan vuelto a la habitación habrán flipado y han sacado el envoltorio al pasillo, por si yo quería recrearme con el olor un poquito más.

Entre el novio que ha puesto mal el pasaporte y cómo les tiene que oler la boca a los dos después de comerse eso, esta noche no me van a dar ruido ninguno.

DÍA 6 SIN MANUÉ

Tengo miedo, lo reconozco, la china me acosa y aquí pasan cosas raras.

Te pongo en antecedentes…

En el hostal estamos, desde hace días: una parejita francesa en una habitación, al lado dos muchachas chinas, cerca de mí la parejita china que te contaba ayer, y yo.

Con lo de las nacionalidades hay que tener cuidado porque yo les pongo la nacionalidad china a todas las personas asiáticas que no sepa colocar en otro país.

Debido a esto, excepto la pareja francesa, todo lo demás son personas chinas para mi.

Aunque puede parecer que con quien tengo más afinidad es con los franceses, nada más lejos de la realidad.

Muy educadamente…ni me saludan, a excepción del chico que sólo me saluda en ausencia de la que supongo que es su novia.

Lo mismo pasa con la parejita de chinas que duermen al lado de los franceses. Sólo me saluda una, cuando no está la otra.

Creo que también son pareja…No sólo por ese detalle sino porque, habiendo dos duchas y una libre, ellas prefieren compartir.

Por otro lado, mis vecinos, la china acosadora y el novio cafre. Él me saluda a duras penas y con cara de pocos amigos y a ella, sin embargo, le falta venirse a dormir conmigo.

Me busca por el hostal y allí donde me encuentra se empeña en sacarme conversaciones de lo más interesantes, de estas que empiezan con: «qué calor hace hoy».

Y a ver qué le dices: «pues sí, pues sí, hace mucho calor».

Si lo raro es que nos entendamos. Pero como ella hace terribles esfuerzos porque así sea, a veces incluso cruzamos más de dos frases.

Siempre he tenido ese defecto. Hasta cuando no tengo la más mínima gana de hablar con alguien, parece que me apeteciese estar de conversación todo el día.

Mis amigas saben bien de lo que hablo porque lo han sufrido. Noches enteras aguantando a pesados de discoteca por no ser desagradable.

Pues se acabó: a los franceses les va a saludar quien yo te diga, con las que se duchan juntas mejor ni cruzarme no me vaya a tirar de los pelos una porque me salude la otra, y con la parejita esta tan simpática, hola y adiós.

Ni puedo comer tranquila, ni puedo escribir tranquila, ni puedo salir tranquila a la calle, porque esa es otra.

Chica sola paseando por la ciudad, blanco fácil para cualquiera. ¿Es que acaso llevo escrito en la frente: «me siento muy sola, rescátame por favor»?

Voy a tener que guardarme la sonrisa que pongo por educación…

Me va a costar…

Hoy me dan las 3 de la mañana y parezco un búho. Me ha dado por leer y no hay quien me saque del relato. Hasta que no lo he acabado no he parado…

Y como hablaba de cosas bonitas y de otras no tan bonitas, me está costando el momento de tener que apagar la luz…

DÍA 7 SIN MANUÉ

Ya estoy hasta las pelotillas de no ver a Manué. Podía venir aunque fuese sólo a dormir…El resto del día me hace menos falta, pero por la noche le echo mucho de menos…

Menos mal que queda poquito.

Aunque he dormido poco y mal, me he despertado inspirada y me he pasado la mañana escribiendo un artículo para otro blog. La temática no es que fuese la que yo hubiese elegido, pero al final me ha acabado saliendo el artículo más largo que he escrito nunca.

Mi gozo en un pozo. Cuando lo envío para que me den el visto bueno me lo echan atrás. Ahora quieren que escriba otra cosa…

Te perdono Mónica porque por alguna extraña razón te he cogido cariño antes de conocerte.

Así que me voy a despejarme y a encontrarme cosas como esta:

 

Una de las preciosas mezquitas que tiene George Town.

Pero hay más proyectos a parte de escribir para otros blogs. Lo malo es que no te los puedo contar todavía. ? No me gusta adelantarme hasta que las cosas no vayan tomando forma.

Sólo te diré que tiene mucho que ver con el relato que no me dejó dormir anoche y que va muy en consonancia con mi forma de ver la vida.

Como por la mañana no me he ido a dar mi habitual paseo matutino, he salido a las 2 de la tarde, cuando ya el hambre era más que acuciante.

Me pongo a escribir y se me olvida el reloj.

Las 2 de la tarde no es la hora más adecuada para caminar por una ciudad sin un ápice de sombra, sin aceras transitables y con 40 grados y una humedad de 1000 por ciento.

Me sudaban hasta los pelillos de la nariz.

No me ha quedado más remedio que tomarme una bebida que llevo tiempo viendo por la calle y no me había atrevido a probar.

Debe ser típica porque te encuentras furgonetillas así por cualquier parte.

 

En estos vehículos hay una máquina por donde pasan una especie de cañas grandes de las que sale un líquido.

Te ponen el líquido en una bolsita con pajita y marchando.

 

Es curioso el color verde de esta bebida, que no sabe a mucho más que a agua con azúcar.

Pero ya ha cambiado la cosa teniendo una bebida fresquita entre manos.

Antes de terminarme la bebida, me he parado a comer en un puestecillo. Nada de arroz, te lo prometo. He comido noodles, que para el caso viene a ser lo mismo.

Sin embargo, era una sopa de noodles esecial. No tenía el típico sabor que tienen las sopas de noodles por aquí. Además, las personas que me han antendido han sido muy simpáticas. Volveré con Manué.

Después de hablar largo rato con mi amigo Jorge, creo que voy a salir a comprarme algo de cenar. Nunca sé a qué hora tengo que salir para cenar.

Tan pronto te encuentras todos los establecimientos abiertos como sales a cenar a las 7 de la tarde y ya ha cerrado todo el mundo.

Aún no le he pillado el tranquillo a los horarios malayos, ni creo que lo haga.

Te dejo con otra de las maravillas que me he encontrado por la calle y ya te cuento más adelante cómo han acabado los días sin Manué.

Sólo te diré que voy a empezar a hacerme la sueca cuando alguien quiera entablar una conversación conmigo, sobre todo cuando me pille escribiendo en plena inspiración…

Es una pasada, ¿verdad?

UN ABRAZOOOOO

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: arte callejero, chicas viajando solas, el viaje de tu vida, George Town, la mochila de tania, malaysia, Penang

SOLA EN PENANG, MANUÉ ME HA ABANDONADO

16 marzo, 2017 por taniacarrasco 10 comentarios

Como lo oyes, Manué se ha largado y me ha dejado sola en Penang.

Que no cunda el pánico que es para bien.

Como este niño no ha tenido bastante con el retiro de meditación que hicimos en Sri Lanka, ha decidido volver a marcharse a hacer otro.

Sinceramente, a mi no me apetecía. Pero el motivo principal es que necesito meterle mucha caña al blog y no quería dejarlo parado otra vez.

A mi lo de quedarme sola no me preocupa. Me encanta la soledad y la disfruto muchísimo. Pero es innegable que después de pasarme 4 meses, 24 horas al día con este tío, le voy a echar de menos.

Además, van a ser 10 días de desconexión total. No sólo no le dejan usar el móvil, ni nada que se le parezca, sino que se lo quitaron según llegó al retiro.

¡Confiscado! Como si estuvieran en el cole…

Aunque esté sola en Penang, la ciudad es bastante grande y tiene de todo. No es complicado manejarse por aquí. Y a su vez, me he cogido un hostal muy apañado para estar lo más cómoda posible.

Pozo-sola en Penang

En este hostal se puede comer en el suelo del baño. Está impresionantemente limpio. Más caro, unos 20€ la noche, pero súper acogedor.

¡Hasta aire acondicionado tengo en la habitación!, en esta ciudad nos se puede vivir sin aire acondicionado. Me río yo del agosto de Linares amiga.

¡Estoy pasando calor del bueno! ¿Te lo puedes creer?

Obviando el calor sofocante que hace aquí, voy a dejar de dramatizar porque no estoy sola del todo.

Nuestros amigos de Melaka también están en penang y les veo a ratitos.

Ayer, después de cenar con Silvia, Isaak y Mireia me vine pronto a casa. Nos despedimos de Mireia que ya no nos la volvemos a encontrar en el viaje.

Espero volver a verla en mi país o en el suyo. Ella ya me entiende…

La noche anterior, con eso del lanzamiento del blog, no había podido dormir nada y quería acostarme temprano.

También quise irme pronto porque había quedado para hacer skype con mi madre. Está preocupada ella porque su hija se ha quedado solita. Una cosa que a mi madre no le pasa muy a menudo.

Ya le he dicho que soy una niña mayor, pero no sé si se ha quedado muy convencida.

Mi padre no me ha dicho ni mú, pero seguro que está súper preocupado también…Igual de preocupada que estoy yo porque me ha dicho mi madre que van a tener que usar mi coche en mi ausencia.

¡Mi coche, mi bebé!

Mira que yo no soy materialista pero echo tanto de menos mi coche…

¡Es lo único mío que tengo!

Cuando vuelva me lo voy a comer a besos. Seguro que él también me está echando mucho de menos, nadie le cuida como yo.

Al final, acabé acostándome a las tantas. Me daba bastante pereza meterme en la cama sin Manué. Para qué nos vamos a engañar.

DÍA 1 SIN MANUÉ

No he dormido tan mal como pensaba. Me he levantado con tranquilidad y me he ido a dar una vuelta por la ciudad, buscando un sitio para desayunar.

Cómo cambia la actitud de la gente cuando te ven sola.

Después de dar miles de vueltas buscando un sitio donde pudiese desayunar algo que no fuese comida china, he encontrado una cafetería muy chiquitita.

Una mujer musulmana, que estaría pasando una calor con tanto velo que pa qué, me ha preparado unos huevos con tostadas y un café blanco, bastante rico.

Lo del café blanco es algo típico de aquí, que no conocía, y está para chuparse los dedos.

No he desayunado muy cómoda. Cada hombre que pasaba y me veía sola me seguía con la mirada.

¿Me abré peinado mal?

¡Ah no, si ya no me peino!

Después, han llegado un grupo de chinas a comprar comida para llevar y también les he debido parece una especie curiosa.

¡Me queréis dejar desayunar tranquila!

Pero de repente, cuando se han ido las chinas, han empezado a llegar unos 10 policías en grupo.

Ostras…¡qué respeto!

Me miraban de arriba abajo…

He pensado: «mierda, me tenía que haber puesto sujetador».

No podemos olvidar que estamos en un país musulmán y lo mismo eso no está bien visto y yo no lo sabía…

Que te detengan por no llevar sostén es bastante ridículo, ya lo sé, pero oye, yo he pensado eso y así te lo cuento.

Se han puesto a charlar con la camarera, muy tranquilotes. Cuando ya se iban, el que parecía el jefecillo se pone a hablar por teléfono justo delante de mí. Le ha faltado sentarse en mi mesa.

«Ahora es cuando me detienen, verás…», he pensado yo.

Pero no, el señor quería conversación.

Que de dónde eres, que si estás sola, que si cuánto tiempo llevas en Malaysia…Me ha sometido al tercer grado pero sin llevarme a comisaría.

Le tenía que haber preguntado su nombre y haber anotado su número de teléfono. No está de más tener contactos en las altas esferas…

Y hemos rematado la mañana cuando la camarera me ha dicho que me parezco a la actriz de «Fast and Furious». Como no tenía ni idea de quién era, la he buscado en internet. Y oye, es bastante guapa.

Tendré que volver a desayunar allí mañana.

DÍA 2 SIN MANUÉ

Hoy no ha dormido aquí ni dios.

Justo en la habitación de al lado me han puesto a un oso con aspecto de humano, que cada vez que roncaba hacía retumbar mi cama.

¡Pues claro que me he puesto los tapones!

Los tapones, la música del móvil y todo lo que se me ha ido ocurriendo. Pero vamos que ya te he dicho que es un oso. No es tan fácil callar el rugido de un oso. A ver si te enteras ?

A las 7, harta de dar vueltas, me he ido a caminar un rato. Es una forma genial de ir conociendo la ciudad. Le he comprado plátanos a una señora muy «simpática» que creo que me ha timado, he desayunado en el mismo sitio de ayer y a currar.

Al medio día, había quedado con Silvia, Isaak, Barbara y Lucas para comer. Isaak tenía antojo de pato, ha buscado un sitio donde lo cocinasen y nos ha dirigido hasta allí.

Mi querido amigo, ha pensado que era muy buena idea dar un paseazo bajo un sol de justicia, a las 2 de la tarde.

Te quiero Isaak, lo sabes, me recuerdas mucho a mi, pero casi nos desintegramos.

Lo más divertido ha sido cuando hemos llegado, sudando como «patos» y ¡estaba cerrado! Hasta lueguiiiiiiii.

Y debe ser que no hemos tenido bastante con un paseo, que nos hemos dado otro, más largo todavía.

Al final, hemos acabado en una hamburguesería cercana a mi hostal. Lo que después me ha venido fenomenal.

Cuando he vuelto a casa, la dueña del hostal quería hablar conmigo. Le había pedido cambiarme de habitación para no tener que pegarle un puñetazo al oso en mitad de la noche, pero me había dicho que no podía ser.

¡Pero va a ser que sí!

Me dice que como el oso se va mañana, esta noche me cambia a una habitación de las de abajo, donde no podré oirle ni de broma. O eso espero. Al día siguiente podré volver a mi habitación que, por cierto, me gusta mucho.

Y efectivamente, duermo como un bebé, totalmente ajena a los ronquidos de este señor.

DÍA 3 SIN MANUÉ

Hoy también me levanto temprano, pero no salgo a caminar. He vuelto a quedar con los amiguetes para comer y ya me pegaré la caminata buscando el restaurante que tengan pensado visitar esta vez ?

La verdad es que suelen acertar bastante con los sitios que eligen. Y lo de las caminatas siempre viene bien.

La elección de hoy ha sido un vegetariano con el que teníamos muchas expectativas. Quizá por eso nos hemos quedado un poco desilusionados.

Mis espeguettis con crema de calabaza estaban buenos, pero escasos. Y los espaguettis de Silvia, que supuestamente eran al pesto, parecía que lo único que llevaban era Anís del Mono. Una cosa muy rara…

Como colofón, yo me he pedido una especie de plasta picante e Isaak una gelatina con sabor a agua con azúcar.

Pero lo importante es disfrutar de la compañía, cuando no te queda otra ?

Después de la comida, una nueva despedida. Barbara y Lucas parten mañana para Filipinas y nuestro viaje no nos volverá a cruzar. Ojalá nos crucemos en otro momento. Son una pareja realmente agradable.

Y en principio, Silvia e Isaak que se pensaban quedar hasta el martes, se marchan mañana también. Pero como ellos se irían por la noche, aún tengo tiempo de despedirme.

Lo que viene siendo absrudo, porque nos vemos en la playita de nuevo, cuando Manu salga de su retiro. Así que se supone que mañana sí que me quedo más sola que la una.

Si te parece que lo digo con pena, no sufras. Suelen sentarme genial unos dias de soledad, a pesar de que a mi suegri y a mi amiga Lydia no les quede muy claro.

Son las únicas personas que me escriben todos los días para preguntarme cómo estoy. Y yo lo agradezco oye. Siempre es bonito saber que hay gente pendiente de ti ?

Será que mi familia me conoce mejor y sabe que estoy divinamente…¿O será que no me quieren?…No voy a darle muchas vueltas a esta idea ?

 

Lo más gracioso del día ha sido lo siguiente:

En el hostal, los baños son compartidos. Aunque la gente se mete vestida a la ducha y mi habitación es la que está más alejada del baño, yo me desvisto en la habitación. Después me pongo mi toalla y me dirijo a la ducha. Paso de llevarme todos los apichusques.

Hoy, al ir a ducharme, me he llevado el cepillo de dientes para lavármelos antes. Así que estaba en el baño, con la toalla enrrollada al cuerpo, lavándome los dientes tranquilamente.

En esto que ha llegado un muchacho, me ha pedido perdón y se ha metido a la ducha.

He supuesto que me pedía perdón por cortesía, como si le hubiese parecido que invadía mi intimidad, pero por cumplir más que por otra cosa.

Cuando yo he salido de la ducha, el chaval ya no estaba. Camino de mi habitación, enfilo el pasillo y me lo vuelvo a encontrar. Pero se da la vuelta corriendo.

Digo: «se le habrá olvidado algo».

Pero no. A la vuelta del pasillo, el muchacho y un amigo de éste se habían quedado esperando a que yo pasase, para girarse al tiempo que se tapaban los ojos y volver a pedirme disculpas.

Les ha faltado llorar de los nervios.

A ver si voy a llevar la toalla mal puesta y estoy enseñando alguna intimidad, pero juraría que no…Pondría la mano en el fuego porque no se me veía absolutamente nada.

Eran dos chicos jóvenes y yo sólo iba con la toalla enrrollada al cuerpo. ¿Cómo reaccionarán cuando vean a una mujer en topless?

Gracias Señor por no haberme dado grandes pechos, qué problemáticos serían.

Ha sido muy gracioso. Creo que para ellos no tanto. Ya no salen de la habitación para todo el día.

Pero la cosa no acaba aquí…

Estaba yo haciendo un skype con mi amiga Araceli, por fin, y llaman a la puerta. A todo esto, yo con las pintas más horribles que te puedas imaginar: los pantalones de elefantes en blanco y negro, una camiseta verde de Manué, un pañuelo azul al cuello y unos pelos que no me reconocerías.

No me he molestado ni en levantarme a abrir, pensando que sería un ruido sin más. Pero a los 2 minutos vuelven a llamar.

Era el muchacho de la ducha, que por cierto es súper mono, que después de maquearse y verterse el bote de perfume por encima, ¡venía a invitarme a salir!

Ni mirarme a los ojos ni nada claro. Con la cabeza agachada y muriéndose de vergüenza.

Le he dado las gracias y he señalado mi indumentaria, como diciéndole: «¿dónde quieres que salga yo así hijo de mi vida?».

Tras cerrar la puerta y quitarme el pañuelo, debido a los calores que me habían subido, he retomado la conversación con mi querida amiga.

A ver quién tiene narices ahora de volver a salir a la ducha sólo con la toalla…¡Pues yo!

¡Chacha Susanaaaaaaa! Que creo que se me ha vuelto a romper alguna hormona de esas que dices ?

Aunque no he tenido la más mínima intención de salir con ningún hombre que no sea Manué, no por nada, por simple pereza, tenía que haberlo hecho.

De ese modo, a las 5 de la mañana, cuando los chavales han llegado con varias nenas, no me habrían despertado. Me habría venido yo con ellos, les habría dejado en su camita y nadie habría interrumpido mi sueño reparador.

De todo se aprende…

¡Vamos a por el día 4 sin Manué!

BESAZOS MOCHITER@

 

 

Publicado en: MIS VIAJES Etiquetado como: el viaje de mi vida, George Town, la mochila de tania, malaysia, mujeres viajando solas, my guesthouse 109, Penang

Barra lateral principal

  • Aviso Legal
  • Política de Privacidad
  • Política de Cookies
  • Declaración de Accesibilidad
  • Contacto
ES Financiado por la Union Europea WHITE Outline
Logo PRTR BLANCO
logo kit digital

© 2018-2023 Instituto Tania Carrasco. Todos los derechos reservados

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Acepto Leer Más
Política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR