¡Aprende a quererte y valorarte y no necesitarás nada más! Ale, fin del artículo.
Vale, voy a dar algunas explicaciones más que el tema promete 😉
Sí, tú pensabas que te querías y te valorabas pero, con el tiempo, has ido descubriendo actitudes en ti que tiran por la borda ese pensamiento.
Pero estabas tan ciega…¡tan tan tan ciega!, que eras incapaz de darte cuenta de que la mayoría de tus problemas provenían del mismo lugar: de la falta de amor por ti misma.
En RevolucionaT, donde trabajamos desde la Terapia Nutricional y el Método Pilates para que te sientas bien por dentro y por fuera, nos interesa mucho cómo esta evolución empieza en el cuerpo y se expande.
El amor por ti misma es lo que te va a dar esa paz interior que estás buscando.
Si quieres conseguir amarte de verdad, conectar con lo que necesitas y escucharte…tendrás que ir dejando atrás cualquier cosa que te esté impidiendo conseguirlo: estrés, auto exigencia, perfeccionismo, necesidad de aprobación externa, etc.
Pero, para empezar, tendrás que saber qué necesita tu cuerpo para tener energía y buen ánimo.
Basta de fingir que eres un ser superior y que no necesitas aprender a quererte! Vamos a poner las cartas sobre la mesa ya, no?
Cómo aprender a quererte más no es una tarea fácil, debería haber una asignatura de estas en la escuela. Bastante más importante es aprender a quererte que saberte los afluentes del Miño…
Pero en fin…como nadie te lo enseñó en la escuela, voy a intentar contarte yo misma todo lo que he aprendido al respecto y seguro que te sirve.
APRENDE A QUERERTE Y VALORARTE ENTENDIENDO POR QUÉ TE SIENTES ASÍ
Muchos de tus problemas pueden estar derivados, igual que me pasaba a mí, del total desconocimiento que tienes de tus necesidades. En realidad no te conoces, ¿cómo ibas a querer a una persona que no conoces?
Es muy importante que mires hacia dentro para encontrar las respuestas.
Sabes que no te gusta tu cuerpo, ni tu cara, a veces no sabes ni cómo vestir para verte bien, necesitas maquillarte a diario para sentirte más segura y, aún así, cada vez que te miras en un espejo te sacas alguna pega.
Pero nadie se da cuenta, aparentas ser súper segura y autosuficiente.
Y, aunque tienes la suerte de que ya vas viendo cómo funcionas, cuando se te pasa por la cabeza empezar a solucionar estas cosas, también te echas atrás.
¡No jodas! ¿Cómo vas a reconocer tantas miserias? ¿Tú?
Si se las cuentas a alguien ¿qué imagen estarás dando?
¡De eso nada! No estás dispuesta. ¡Con lo que te ha costado construirte esta imagen!
Aprender a quererte…¡menuda tontería!
Si la culpa es de tu madre, que te tiene frita.
¿O es de tu padre?
No, no, no…la culpa es de la escuela, de la sociedad, de Tele5, de tu hermano mayor, de la vecina del quinto, de tu tía Pepita…
Cuando en realidad no tienes la más mínima idea de por qué eres tú una de esas personas que necesitan aprender a quererse y valorarse.
¿Seguro que la culpa no es de los demás?
Pensabas que tenías una autoestima tan fuerte que no te queda más remedio que echar balones fuera. Lo que sea antes de reconocer que el problema está en ti.
SIGNOS DE QUE NO TE QUIERES TANTO COMO CREÍAS
Te cuesta mucho reconocer que tienes un problema de falta de autoestima, sobre todo delante de los demás, ¡joder con el qué dirán!, pero en soledad eres más consciente de lo que parece de tus verdaderos problemas.
Algunos signos de que no te quieres mucho, a pesar de que lo disimulas muy bien:
- Te cuesta mirarte en el espejo desnuda
- Te comparas con otras mujeres continuamente
- Necesitas la aprobación de los demás para sentirte valiosa
- No soportas las críticas
- Tienes que ir siempre de punta en blanco y bien mona
- Aparentas ser super segura de ti misma por miedo a que te hagan daño
DE DÓNDE VIENE LO QUE SIENTES
Quizá me estoy ensañando un poco con el papel de los padres pero es que no puedo dejar de ver en la familia la base de todo lo que va a ser la vida después. Lo bueno y lo menos bueno.
Cuando eres niña y vas creciendo, te haces una idea de lo que “eres” en función de lo que los demás, generalmente la familia, te van diciendo que eres.
Y a eso, le añadimos el cariño y el amor que recibes, y cómo lo recibes.
Hoy en día, después de entender ciertas cosas, me duele mucho escuchar a mamás y papás diciendo cosas malas de sus hijos, con ellos delante:
“Mírale, si es que es muy malo”
“Fíjate cómo chilla, si es que es un demonio”
“Menuda me ha liado la niña mal educada esta…”
“Eres muy mala, ¡te voy a castigar!”, etc, etc, etc.
No soy madre, ni sé si llegaré a serlo, pero se me hace un nudo en el estómago cuando presencio estos comportamientos.
Si una niña o un niño crece con la idea de que es mal@, mal educad@, tont@…, esta personita se lo cree y actúa en función de lo que se espera de ella.
Y a ti te ha pasado lo mismo y aún no has superado del todo esos traumas infantiles.
El recuerdo que tengo yo a cerca de esto es escuchar a mi padre llamándome “tonta” hasta la saciedad y sentir que todo el mundo se metía con mi físico.
No digo que esta fuese la realidad, sólo digo que así lo viví yo y así obtuve luego los resultados que obtuve.
Si eres bajita, alta, gorda, fea…todo son comentarios subjetivos de otras personas.
Pero si en casa te enseñan que vales mucho, si en casa empiezan a consolidarse las bases de tu autoestima, si en casa te enseñan a aprender a quererte a pesar de lo que digan los demás, gran parte del camino ya está hecho.
Si en casa te valoran y animan por todo lo que eres, la película cambia muchísimo.
Pero si en casa te ponen verde y al llegar al colegio es más de lo mismo, ¿cómo queremos que crezca esa personita?
Esa personita crece pensando que no vale para nada y que nadie la quiere.
YO TAMBIÉN ME CREÍ LO QUE DECÍAN DE MÍ
Yo también me creía lo que me decían e intentaba taparlo, pero es inevitable que en el intento te desprecies y te cuestiones.
Con decirte a ti misma: «Aprende a quererte y valorarte», no sirve para solucionarlo.
No puedes aprender a quererte cuando tú misma piensas que no lo mereces.
Desde muy enana, ha parecido que tenía una autoestima alta, una gran opinión de mi misma y las herramientas necesarias para que esto no fuese un problema para mí.
El tiempo ha sacado a la luz la verdad, como está pasando contigo, y mi máscara de Superwoman se derritió.
A pesar de eso, no sé cómo ni en qué momento, conseguí convencer a todo el mundo de que Tania era lista y estaba encantada de conocerse.
Incluso daba la impresión de ser alguien prepotente y engreída, como muchas veces se me ha echado en cara.
Y ahora tiene sentido, intentaba aparentar esas cualidades para que nadie viese aquellas que yo creía que tenía en realidad
Aunque, efectivamente, me considero una persona bastante tonta (en el sentido de que me cuesta aprender las cosas, y cuando las aprendo es con mucho esfuerzo), me dejaba la piel en el cole para que no se notase.
Estudiaba muchísimo y cuando algo no se me daba bien, tomaba clases aunque no me gustase, para que nadie percibiese lo tonta que era.
Nadie me obligaba a tomar esas clases, esas ganas de tapar mis limitaciones siempre salieron de mi misma.
En el mismo orden de cosas, la imagen exterior me preocupaba muchísimo. Cuidaba mucho lo que me ponía y cómo me lo ponía, aunque cuando miro las fotos me quedan dudas sobre mis intenciones. ¡Menudas pintas!
Con 12 años, ya me empeñaba en llevar tacones. No sólo era rechoncha sino bajita. Un taponcete, vamos.
Unido a esto que te cuento, me recuerdo haciendo “dietas” desde muy pequeña. Por aquel entonces mis padres se cuidaban mucho y como todo el mundo se metía con mis lorcitas, hacía un esfuerzo por incluir en mi alimentación los productos dietéticos que se me iban ocurriendo.
Imagínate la idea que tendría yo en aquel entonces sobre lo que era una dieta saludable. Absolutamente ninguna.
Crecí pensando que era tonta, inútil y gordita. Y así pasaron los años.
Supongo que me di cuenta de que siendo tonta, inútil y gordita, no podía llegar muy lejos, así que me fui construyendo un montón de caretas para que no se viese lo que había detrás.
Tania se puso una careta de inteligente, otra de madura, otra de educada, otra de fuerte, otra de valiente, otra de segura de sí misma…y a ver quién sostenía tanta careta…
DÉJATE DE EXCUSAS
Pero ya está bien de quejarse, ¿no?
Da igual si es la baja autoestima o lo puñetera que es tu vecina del quinto, lo importante es que dejes de ponerte excusas. Lo que pasa realmente es que no te atreves a hacerte cargo del dolor que va a suponer la curación.
No quieres ahondar demasiado a ver si vas a tener que empezar a hacer cambios.
Si en realidad no es para tanto, tampoco estás tan mal así.
Eso es lo que te dices.
Pero en el fondo, en la intimidad, hablando contigo misma, te castigas por ser tan cobarde.
Te conozco perfectamente, tenemos muchas cosas en común.
Vas a tener que aprender a quererte, te pongas como te pongas. Y créeme que será lo mejor que te haya pasado en la vida.
¿QUÉ PUEDES HACER AHORA PARA MEJORAR LA SITUACIÓN?
Ese tiempo ya pasó. Ya has descubierto que no te tienes mucho aprecio y que esa falta de autoestima te está alejando de la felicidad.
Ya te has cagado en tus padres, en tus profes y en tus compis de clase. Dejas el pasado donde está y pones el foco en lo que puedes hacer ahora para mejorar esa situación, ¿de acuerdo?
Si las bases de tu autoestima no se han consolidado ya, vas a tener que aprender a quererte por tu cuenta. Es lo que hay.
Pero si quieres que el proceso sea fácil y te gustaría empezar por transformar la forma en la que comes y te mueves, consúltame aquí.
¡Aprende a quererte y valorarte hoy mismo! ¿Por qué esperar?
APRENDE A QUERERTE Y VALORARTE IGUAL QUE LO HE HECHO YO
La falta de autoestima trae consigo la mayoría de los problemas que vamos desarrollando cuando se conforma nuestra personalidad.
Como bien dice la palabreja: auto-estima, es la valoración que tenemos de nosotras mismas.
De este modo, cuando nos convertimos en personas adultas, la falta de amor por nosotras mismas provoca que no seamos capaces de alcanzar la felicidad.
Nos ponemos máscaras, actuamos con incoherencia, nos auto-castigamos, y así nos vamos destruyendo.
Darme cuenta de mi falta de autoestima ha sido quizá uno de los descubrimientos más difíciles de mi vida porque, con ello, había que tratar demasiadas cosas por las que no tenía claro si quería pasar.
¡Cómo ha cambiado el asunto!
Puedes hacer muchas cosas para trabajar tu autoestima…pero aquí sólo te explico las que me han servido a mi, ¿vale?
De nuevo no podemos encontrar fuera lo que no tenemos dentro. De nuevo no podemos formarnos una imagen de nosotras mismas basada únicamente en lo que los demás han dicho, o dicen, de lo que somos.
Tendrás que cambiar tus creencias, pensamientos y sentimientos, así como adquirir ciertos hábitos que te ayuden a conseguirlo.
Tu autoestima se refleja en todos los aspectos de tu vida, desde tu trabajo hasta la forma en la que te alimentas.
Comenzamos por aquí.
Para aprender a quererte:
1. CONÓCETE MEJOR
Imagina que acabas de hacer una nueva amiga. Sí, ya tienes mogollón, lo sé, ¡pues otra!
Cuando conoces a alguien nuevo, lo normal es que surjan preguntas sobres sus gustos, preferencias, sentimientos…¿Qué comida le gusta? ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? ¿Qué cosas le producen alegría? ¿Cuáles son sus sueños?
Bien, pues acabas de conocer a una nueva amiga: TÚ.
Papel y boli para anotar todas las preguntas que quieres hacerle a tu nueva amiga, con sus respuestas incluidas.
Cuanto más te conozcas más cariño te tendrás.
2. NUNCA TE COMPARES
Jamás, prohibido, ni se te ocurra, no sirve para nada bueno.
Hasta que lo de aprender a quererte ya no sea tu asignatura pendiente, compararte con las demás sólo te traerá disgustos.
Te vas a fijar en las que son más inteligentes, más guapas, más macizas…Y lo normal es que en esa competición, pierdas. Y pierdes porque la batalla está perdida desde antes de empezar.
El día que te quieras, no sentirás la necesidad de compararte con nadie y ¡ganarás!
¿Acaso se te ocurre ir por la calle comparando a una «amiga» con las amigas de los demás?
No vas por la vida diciéndole a tu amiga:
«Mira Pepa, esa tiene los ojos más bonitos que tú…A lo mejor si te hicieras una liposucción te parecerías a mi vecina Antonia que está tan estupenda. ¿Por qué no te apuntas al gimnasio a ver si pierdes esa barriga, igual que hace Juana?»
No se te ocurriría jamás hablarle así a una amiga, ¿a que no?
3. ACÉPTATE COMO ERES
Sí, esta amiga tuya es muy gilipollas a veces, pero lo sabes y lo aceptas con amor.
Sabes que tu nueva amiga tiene defectos, como todo el mundo. Pero te ha caído tan bien, tenéis tantas cosas en común, que no se los tienes en cuenta. Pesan más sus virtudes.
Se va a equivocar de vez en cuando, eso seguro, pero da igual, allí estarás tú para consolarla y animarla cada vez que se sienta mal por algo que ha hecho.
4. CUIDA DE TUS NECESIDADES
¿Qué haces cuando una amiga necesita algo de ti?
Corres para proporcionárselo. Cualquier cosa que tú puedas hacer para ayudar a una amiga, lo haces sin pensarlo.
Pues eso es exactamente lo mismo que tienes que hacer contigo. Cada vez que algo no marche bien, párate a ver qué necesitas para que eso marche mejor y hazte ese regalo.
Primero hazte consciente de todo lo que necesitas y luego, compórtate igual que lo harías con una amiga a la que aprecias muchísimo.
5. TRÁTATE LO MEJOR POSIBLE
Tienes que tratarte bien si quieres aprender a quererte. Aunque sea forzado, aunque te parezca absurdo.
¿Me tratarías a mi como te tratas a ti? ¿Me dirías a mi las cosas feas que te dices a ti misma cuando te equivocas? ¿Qué harías si yo te plantease a ti estos problemas que tienes tú? ¿Cómo te comportarías conmigo? ¿Qué me dirías?
Tratarías de solucionarme la vida, ¡está clarísimo!
TÚ ERES TU MEJOR AMIGA
Todo lo que te he explicado más arriba responde a la “técnica de la mejor amiga”.
Cómo cambia el cuento cuando lo que nos pasa a nosotras le pasa a una de nuestras mejores amigas.
Nos volvemos comprensivas, tolerantes, cariñosas, llenas de palabras de aliento…
Cuando una de nuestras mejores amigas se siente mal por algo, se insulta en tu presencia, llora, se siente la última mierda…nos falta tiempo para ir a salvarla y darle mil consejos.
¡Eso es exactamente lo que tienes que hacer contigo misma!
Dile a tu amiga, a ti misma: «Aprende a quererte y valorarte cariño, eso te salvará».
Tienes que aprender a quererte igual que te quieren tus amigas, y de la misma forma que las quieres tú a ellas.
Para, para, para…
He dado por hecho que tienes amig@s. Podrías ser una especie rara y sentir que no las tienes. En ese caso, ¡te las inventas!
O mejor aún, ya no necesitas inventarte amig@s porque acabas de conocer a tu amiga del alma 😉
CONCLUSIONES
Si no te aprecias y no te quieres, no puedes ser feliz. Punto.
Quieres seguir escondiéndote detrás de tus miedos o quieres vivir la vida a tu manera?
Quieres seguir fingiendo que no pasa nada, que tú puedes con todo?
Me parece que no.
En tu interior sabes que eres muuuuy grande, muuuuuy valiosa, solo tienes que sacar todo eso a la luz.
El camino no ha hecho más que empezar. No vale con leer un artículo para que te cambie la vida. Tendrás que hacer algo por ti, nadie más va a poder hacerlo.
Ánimo, acabas de conocer a una amiga incondicional, que siempre te va a ayudar, que siempre te va a decir lo que necesitas oír, que siempre te va a cuidar, hasta el último día de tu vida.
Si vais a estar tanto tiempo juntas, merece la pena cuidaos mutuamente, ¿no?
¿Serás capaz de convertirte en tu mejor amiga?
¡Te espero en los comentarios!
Abrazo enorme
P.D: Si sientes que ya no puedes seguir así más tiempo, pero no sabes qué camino elegir, solicita aquí una sesión de valoración gratuita y lo estudiamos juntas.