Soy de esas mujeres que han empleado mucho, pero que mucho tiempo, en intentar encontrar el amor de mi vida.
¡Vaya! ¿Tú también?
Lo presentía 😉
Por eso, porque sé que es un tema que te preocupa y al que le has dado muchas vueltas, qué mejor que hablarlo con un experto.
En este caso, te traigo a Biel Cortadellas, de ATMA Experience, porque él ya ha conseguido encontrar el amor de su vida.
No solo te va a contar cómo lo hizo y por todas las etapas que tuvo que pasar hasta que lo consiguió, sino que te abre su corazón y te cuenta muchísimas intimidades que seguro que te sorprenden.
Es interesante conocer la versión de un hombre sobre este tema, ¿no crees?
Así que te dejo con este hombre sabio que me he encontrado por estos mundos de Dios, y del que me parece que tanto tú como yo vamos a aprender muchísimo.
Te aviso, no es un artículo normal: es un artículo precioso, intenso, extenso, imprevisible, profundo…Ve hasta el final, no te va a decepcionar.
¡Que lo disfrutes!
¿Cómo puedo encontrar el amor de mi vida?
¿Existe realmente?
Estoy seguro de que te has hecho estas preguntas más de una vez y en diferentes ocasiones:
· Cuando de niña mirabas las pelis de Disney.
· Cuando tuviste tu primer amor.
· Cuando lo dejasteis o peor aún, te dejó.
· Durante las temporadas (largas o cortas) que has pasado sola.
· Cada vez que has vivido una de esas noches mágicas.
· Y cuando al despertarte al día siguiente…. No comments.
· Incluso estando ya con tu pareja durante años.
Bien, pues te voy a dar la respuesta corta.
¿Preparada?
¡Sí, existe! Realmente existe y llegado el momento lo vas encontrar. ¡¡¡Ueeehhh, fiesta!!! 😉
¡Buff! Ya te puedes quitar la presión de encima, ahora pasemos a lo realmente importante.
El tema no es si existe, sino si vas a ser capaz de reconocerlo cuando lo encuentres y cómo vas a mantener esta relación viva a lo largo del tiempo sin morir en el intento.
Hola, soy Biel Cortadellas de ATMAExperience.com y estoy aquí para compartir contigo una historia muy personal que te va a llegar directa al corazón.
¿Por qué he decidido publicarla en este blog?
Pues porque como te ha pasado a ti, Tania ha llegado a mi vida como un tsunami de alegría desbordante y me hace tremendamente feliz poder colaborar con ella en esto.
Qué te voy a contar…
Si aún no has encontrado el amor de tu vida, este artículo es para ti.
Hoy te contaré de forma directa, y sin filtros, mi experiencia vital en el mundo de las relaciones pareja.
Además, voy a compartir contigo todo lo que he aprendido por el camino y que al final me ha llevado a poder encontrar el amor de mi vida, y sobre todo a reconocerlo cuando este apareció ante mí.
Y si ya lo has encontrado, este artículo también es para ti porque:
– Te aportará una nueva visión de la relación contigo misma.
– Te aportará una nueva visión de la relación con tu pareja.
– Te enseñará las claves para hacer que vuestro amor perdure.
Aviso, lo que vas a leer a continuación es el fruto de mi experiencia personal, que no tiene por qué ser la tuya.
Coge lo que te resulte útil y con el resto haz como si oyeras llover.
Y ahora sí, prepara las palomitas y vamos al lio. 😉
LOS DESASTROSOS EFECTOS COLATERALES DE UNA INFANCIA VIENDO DISNEY
Cuando era niño vivía en un pueblito minúsculo de 4 casas que, por no ser, no es ni pueblo.
Me encanta, es el lugar más bonito del mundo.
La cuestión es que en ese pueblo no vivía ningún otro niño y eso quiere decir que me pasaba el día jugando solo.
Si este no fue tu caso puede que esto te parezca algo terrible.
“Ay pobre, vaya rollo.”
En realidad, yo solito estaba feliz de la vida, no recuerdo haberme aburrido nunca, me pasaba el día jugando por el bosque y colándome en casa del vecino para robar huevos y estrellarlos contra la pared (no comments).
Total que en parte por mi propia naturaleza y en parte por ese contexto solitario donde crecí, desarrollé una imaginación y creatividad fuera de lo común.
Eso quiere decir que me leía un cuento de piratas y el día siguiente ya me tenías saltando por el jardín con la espada y el garfio en la mano como un loco.
Nada raro, de niños todos somos así, seguro que tú también, solo que en mi caso siempre le daba un par de vueltas más al asunto. Solo me hacía falta un grano de arena para crear un mundo entero de la nada.
Otra de las cosas que me encantaba era mirar pelis de Disney. Cuando no estaba saltando por ahí fuera, estaba en casa con mi Cola Cao, jugando a lego y mirando una y otra vez El Rey León, La Bella Durmiente…
Y claro, si en una mente normal ya de por si las cosas impactan lo suyo, pues imagínate lo que pasa con la mente de un niño emocional e hiper-imaginativo.
Para ser suaves, digamos que con el tiempo me hice una idea del amor y de las relaciones de pareja un tanto romántica.
¿Sabes de lo que te hablo, no?
Te lo diré de otra forma:
¿Cuántos años te has pasado esperando a que tú príncipe azul viniera a salvarte?
Con su caballo blanco, su sonrisa profiden…blablablá.
Disney ha hecho mucho daño.
Total, que allí voy yo con ocho añitos, cual príncipe de cuento de hadas, y va y me enamoro de la guapa de la clase.
Todo andaba perfecto: yo la miro, ella se gira…
– Ojos azules,
– pelo rubio,
– una hermosa sonrisa,
– estrellitas de colores flotando por el aire…
¡Igual que en la bella durmiente!
Error, había algo que se me había pasado por alto: que yo ni era el guapo de la clase, ni sería nunca el príncipe de su cuento.
Amor romántico 0 – Realidad 1
Primer desengaño con corazón roto incluido. “Disney, Disney…tú y yo tendremos que hablar”.
NI CONTIGO NI SIN TI: LAS RELACIONES DEPENDIENTES NO MOLAN.
Y así es como voy llegando a la adolescencia, ¡ah querida adolescencia!, esa increíble etapa en la que sales del nido, socializas y empiezas a ir más perdido que un pescado en un desierto.
No sé tú pero yo lo recuerdo como estar permanentemente interpretando un papel:
· De mira que mayor que soy con mi padres.
· De mira que guay que soy con mis amigos.
· Y conmigo mismo……… ¿Hola?
¿Te suena de algo?
¡No me digas que no cansa!
Y encima quieren que estudiemos, hagamos deporte, seamos maduros y responsables…
La verdad es que tuve una suerte tremenda porque encontré un grupo de amigos y amigas muy majo.
Pero esto no evitó que me sintiera cada vez más perdido e inseguro. Me sentía distinto de los otros niños y no encontraba mi lugar.
Así fue como empecé a refugiarme en las relaciones de pareja.
Siempre estaba:
1- Buscando alguien de quién estar enamorado.
2- Saliendo con alguien.
3- En crisis profunda porque alguien me había dejado.
Hasta que volvía a encontrar otra pareja y el ciclo empezaba de nuevo.
No tengo ni idea de hasta qué punto mis amigos percibían lo que me pasaba, se lo tengo que preguntar, de puertas para fuera era una persona muy sociable, bien aceptada y hasta exitosa.
Pero, por dentro, lo que había era una dependencia absoluta con mis parejas y un miedo atroz a estar solo.
Me daba pánico encontrarme de frente con el tremendo vacío que percibía en mi interior.
Sí, ese vacío que tú también sientes o, como mínimo, has sentido en algún momento de tu vida.
Ese lugar dónde están todas esas cosas de ti que te da miedo mirar, ese mismo.
Pues a mí me tenía aterrado y ese miedo hacia que mis relaciones siguieran invariablemente el mismo proceso.
A ver si te suena la historia:
Empezaba “enamoradísimo”, proyectando en mi pareja todo mi cuento de hadas.
A la vez siempre me mostraba frente a ellas, frente a cualquiera, como una persona muy independiente que no necesitaba a nadie.
¡MENTIRA! Pues solo era capaz de mostrar-me así cuando estaba en pareja.
A la que pasaba el tiempo, este amor se iba apagando.
No porque no fuera genuino, pues nos queríamos y vivimos bonitas historias juntos, si no porque en su base, al menos por mi parte, estaba el miedo a la soledad.
Y nada duradero puede construirse de esta forma.
Yo, consciente o inconscientemente, las acababa culpando por mi frustración, como si fueran ellas las responsables de que yo no hiciera realidad mis sueños.
Lo que no me atrevía a contarles a ellas, ni a mí mismo, es que lo que en realidad se interponía entre yo y mis sueños era el miedo atroz a mi propio vacío interno.
Esto consumía la relación hasta que llegaba el momento en el que me dejaban. Lo tenían que hacer ellas porque yo no me atrevía.
De los 12 a los 20 estuve sin pareja meses contados: tuve primero una relación a intervalos, luego una relación de año y medio y luego una relación de cinco años.
Esta última se extendió en el tiempo mucho más allá de lo aconsejable.
Después de pasar tres años muy felices, nos metimos en una espiral de resentimiento y dolor que acabó derivando en una relación tóxica que, al menos en mi caso, me hizo sufrir como nunca antes.
Me sentía totalmente perdido en la vida, incluso llegué a dudar si podría volver a ser feliz. Veía cómo mi llama se apagaba lentamente y el miedo a la soledad seguía bloqueando cualquier puerta de salida.
Por suerte, la vida no se había olvidado de mí y me tenía reservada una grata sorpresa.
EL AMOR, CUANDO ES REAL, TE HACE LIBRE
Sea cual sea tu situación, si la observas con atención, te darás cuenta de que incluso en los peores momentos, cuando no ves luz por ningún lado, la vida te sigue ofreciendo oportunidades para que despiertes de tu letargo y re-emprendas el camino hacia la plenitud.
Eso es exactamente lo que me pasó, y fue en una boda.
No era una boda normal, es una larga historia, pero baste con decir que se casaban dos parejas a la vez entre ellos, es decir, una boda a cuatro.
Sí, lo sé, tengo amigos muy divertidos 😉
Total, que esa noche, sin yo saberlo, lo iba a cambiar todo.
Nada más llegar me encontré con una preciosa mujer que hacía tiempo que no veía.
Pero desde el primer momento algo extraño sucedió: volvieron a aparecer las estrellitas de colores flotando en el aire. Nos abrazamos y en aquel instante me fundí.
¿Has tenido alguna vez un momento así? De fundirte en un abrazo…¡Es tan bonito!
Es como llegar a casa en pleno invierno y encontrarte el fuego encendido.
Yo siempre he sido de abrazar, soy conocido en el mundo entero por mis abrazos 😉 Ese día sentí que por fin alguien respondía exactamente con lo que yo daba en un abrazo.
Esa noche por primera vez, sentí surgir el amor dentro de mí. Y no desde el miedo a estar solo, no desde la necesidad, si no desde la libertad más absoluta.
No nos acostamos, no fue necesario, lo que mi encuentro con ella había provocado en mí iba mucho más allá de todo eso.
Cuando nos despedimos no sabía si nos volveríamos a ver, y en realidad me daba igual.
Acababa de descubrir que el amor que llevaba toda la vida anhelando existía de verdad pero extrañamente no necesitaba poseerlo.
El solo hecho de saber que existía, insufló un chute de energía en mí que me hizo ver sin lugar a dudas que no podía conformarme con menos.
Es como el que ha estado viviendo en una cueva durante años y un buen día sale fuera y ve la luz del sol.
Después de una cosa así no puedes volver a la cueva como si no hubiera pasado nada.
Esa noche sentí que había abierto una puerta que daba a un lugar oscuro e insondable: mi vacío interior.
No tenía ni idea de lo que ahí había pero ya no tenía miedo.
Porque tuve la certeza de que justo al otro lado de ese vacío se encontraba la fuente del inmenso amor que estaba sintiendo.
Así que sin pensármelo dos veces…¡salté!
De repente, me sentía con unas ganas tremendas de estar solo, de conocerme, de quererme y de descubrir todo lo que había dentro de mí.
Cuando volví de esa boda, lo primero que hice fue ir a ver la que hasta ese momento era mi pareja para decirle que no podía seguir con ella.
Después vino un verano increíble, estaba currando mogollón de horas y sin embargo me sentía:
· Súper alegre, feliz y equilibrado.
· Conectado con el momento presente.
· Disfrutando de cada pequeño detalle, tanto en el curro como fuera.
· Cuidándome muchísimo: sol y playa cada día, aunque solo fueran 5 minutos, pocas fiestas y a dormir temprano.
Y te digo yo que experimentar todas esas cosas juntas cuando tienes 20 años y curras 14 horas diarias en la hostelería, en una zona turística, es poco menos que un milagro.
Si alguna vez has pasado por esto ya sabes de lo que te hablo.
Era una sensación completamente nueva para mí.
Era como si de pronto hubiera conectado con mi verdadera esencia y por fin pudiera escuchar la voz de mi corazón alta y clara.
Fue un despertar en toda regla que me permitió transformar la forma de relacionarme conmigo mismo y con el mundo, pasando de una experiencia de vida basada en el miedo a otra basada en el amor.
Esta historia de amor podría dar para mucho, si quieres saber más pídele a Tania que me vuelva a invitar a su blog y te sigo contando 😉
Solo te diré que estuvimos juntos algunos meses. Ella fue mi maestra, me inició en el mundo de la consciencia y me ayudó a conectar de nueva con la magia de la vida.
Lo que vivimos juntos fue mucho mejor que cualquier película Disney.
¿Por qué? Porque fue real y el amor cuando es real te hace libre.
El amor, cuando es real, te hace libre. Clic para tuitear
Desde el principio sentí claramente que, aunque todo ese amor se estaba despertando en mí, aunque mi encuentro con ella había sido el detonante, lo nuestro no iba a ser una relación de pareja.
Obviamente hubo momentos en los que era fácil confundirse, porque si sientes tanto amor estando con alguien…
Pero en el fondo de nuestros corazones sabíamos que ese amor era como una especie de regalo que el universo nos estaba haciendo para que fuéramos conscientes de que eso existe.
Durante ese tiempo aprendí una cosa sobre el amor:
El amor no es algo que dependa de otra persona, ni de ti mism@, y no te pertenece.
Es una energía que existe más allá de nosotros, que está siempre ahí, como las ondas de radio, esperando a que sintonices tu transistor para poder oír su música.
Al cabo de estos meses, ella encontró el amor de su vida y yo empecé definitivamente el camino en solitario que estaba llamado a recorrer.
Había llegado el momento de seguir las señales de la vida que amablemente me invitaban a bajar a las profundidades de mi SER.
CÓMO DESCUBRIR QUE TU DESIERTO INTERIOR EN REALIDAD ES UN OASIS, O LA AVENTURA DE APRENDER A ESTAR SOLO
Empecé esta etapa con la tranquilidad de saber que el amor que siempre había anhelado existía realmente, y sin ninguna duda de que llegado el momento iba a encontrar a la persona adecuada para poder compartirlo.
También era plenamente consciente de que, si quería ser capaz de sostener ese amor en una relación, en primer lugar debía aprender a sostenerlo en mi interior.
Y no me refiero solo en relación a aquellas partes de mí que ya quería, sino a las que había mantenido ocultas durante largo tiempo.
Éstos fueron años de descubrimiento, de salirme del camino establecido para seguir la voz de mi corazón.
¡Por fin me sentía libre!
Empecé a hacer realidad todos aquellos sueños que siempre había tenido y que nunca me había atrevido a materializar:
· Inicié mi camino espiritual.
· Viajé solo durante meses.
· Probé las plantas de poder.
· Conocí la terapia acuática.
· Encontré nuevos amigos.
· Tube relaciones con otros hombres y mujeres.
· Me formé en técnicas de desarrollo personal.
· Estudié una carrera.
· Me convertí en un nómada, mi casa era mi mochila.
· Hice teatro, circo y clown.
· Cree experiencias vividas absolutamente mágicas.
En fin, que me lo pasé bomba.
Debo reconocer que empezar esta etapa de soltero como lo hice me allanó mucho el camino. Porque por primera vez en mi vida sentía una pulsión interna irrefrenable por conocerme y ver qué era lo que llevaba dentro.
No estuve soltero por necesidad sino por propia voluntad, para poder mirar lo que había dentro de mí. Y la verdad es que lo que encontré dentro resultó ser muy bonito.
Una fuente inagotable de SER.
Llegados a este punto aprovecho para hacerte una pregunta importante:
¿Te da miedo mirar en tu interior?
Si tu respuesta es sí, quiero que sepas que te entiendo perfectamente, es absolutamente normal. A mí aún hay muchos momentos en los que me sigue pasando.
Si este es tu caso, tengo tres buenas noticias que darte antes de seguir:
1- La idea que tú tienes de lo que hay en tu interior es infinitamente peor de lo que hay en realidad. Te aseguro que nada es tan horrible.
2- Cuando sueltas esas ideas y te atreves a mirar dentro con amor, compasión y aceptación, encuentras las respuestas a todas tus preguntas.
3- Y lo más importante: conectas con tu esencia que es exactamente aquello que llevas toda la vida buscando sin saberlo.
Tu núcleo, tu esencia, no está hecha de vacío y oscuridad sino de luz y amor. Pero no es hasta que miras dentro que esta realidad se hace obvia ante tus ojos.
Así que… “¡Salta! ¡Salta conmigo, digo saltaaaa…¡Salta!”
Te lo puedo decir más alto pero no más claro 😉
Siguiendo con la historia, está claro que pasé por momentos de todo, porque no todo lo que subió a la superficie fue fácil de digerir.
Una de las cosas que me generó más conflictos internos fue el tema de la sexualidad. Tenía “la picha hecha un lío”, nunca mejor dicho, y no me aclaraba de si me gustaban las mujeres o los hombres.
Al final me comí tanto el tarro que ya no me sentía capaz de disfrutar en la cama ni con unos ni con otras.
Otra de las cosas que después de 5 años de estar soltero empezó a mosquearme un poco fue que me sentía incapaz de abrir mi corazón a otra persona.
Me explico:
– Por un lado tenía el recuerdo de mis relaciones basadas en la dependencia que me habían llevado a sufrir lo indecible.
– Por el otro lado estaba mi historia de amor “flower power”.
Tenía claro que no quería volver a tener una relación basada en el miedo pero, al mismo tiempo, había idealizado tanto esa aventura mágica que viví que no encontraba nada que se le pudiera comparar.
Este es el problema de las idealizaciones, que nada se les puede comparar.
Las pones ahí, en un pedestal, rodeado de flores, con luces de neón y claro, ya me dirás tú cómo te encuentras algo en tu vida mundana que mole tanto como esto.
En fin, que al final me cansé y un buen día, ni corto ni perezoso, voy y le digo al universo (tal cual):
“Universo, quiero encontrarme con alguien con quien pueda compartir de corazón lo que hay en cada momento”
Y a los dos días ¡PAM!, ese alguien se metió en mi cama durante la noche. LITERAL.
Allí empezó mi primera relación de pareja consciente.
Lo fuerte es que, cuando empezó, no sentía absolutamente nada por ella más allá de la amistad que nos unía.
Desde el principio, enfocamos nuestra relación, que en aquel momento aún no era de pareja ni mucho menos, como una especie de laboratorio del momento presente.
Nos tomamos la relación como una oportunidad para:
– crecer juntos,
– aceptando lo que hubiera en cada momento
– y siendo conscientes de que en el fondo lo que veíamos en el otro tan solo era un reflejo de nosotros mismos.
Esto también daría para otro libro 😉
Pero resumiendo, fueron dos años increíbles en los que pasé de sentirme:
· Con 1000 dudas a nivel sexual
· Y con el corazón totalmente cerrado a relaciones sentimentales.
A conseguir:
· Disfrutar plenamente de mi sexualidad
· Y a abrir de nuevo mi corazón.
No solo la acabé amando locamente sino que entre los dos construimos una relación increíble basada en la conciencia, el amor y el respeto mutuos.
De nuevo confirmé que eso del amor no es algo que depende del otro, o de uno mismo, sino que es algo que siempre está ahí esperando a ser vivido cuando uno se atreve a abrir las puertas del corazón.
Dicho de otra forma, si quieres sentir más amor en tu vida o en tus relaciones, no lo busques fuera si no dentro de ti, abre tu corazón plenamente y encontrarás amor incluso debajo las piedras.
Si quieres sentir más amor en tu vida o en tus relaciones, no lo busques fuera si no dentro de ti. Clic para tuitearLo que no sabía aún entonces es que toda esta etapa de mi vida había sido tan solo un entrenamiento para prepararme de cara a lo que estaba a punto llegar.
SI QUIERES ENCONTRAR EL AMOR DE TUS SUEÑOS…¡DESPIERTA!
Hacía años que mi vida se iba enfocando de forma cada vez más clara hacia el desarrollo personal y espiritual.
La conciencia plena se iba esparciendo por los distintos ámbitos de mi vida:
· Hábitos
· Relaciones
· Alimentación
· Hobbies
· Trabajo…
Y cuanto más consciente era mi vida, más conectado con mi esencia me sentía y más feliz era.
Un buen día, me fui con mi pareja de viaje a Glastonbury, un lugar muy loco al sur de Inglaterra que es conocido por estar lleno de magia allá donde mires.
Eso quiere decir que te encuentras a tíos vestidos de Merlín caminando por la calle, o grupos de gente haciendo rituales en los jardines sagrados.
Es un festival, si aún no has estado tienes que ir, pero antes llénate bien los bolsillos de piedras porque si no corres el riesgo de salir de ahí flotando a 4 metros del suelo.
Que conste que te he avisado 😉
Total que después de varios días ahí, ya no sabíamos dónde meternos y…¿qué se debe hacer en estos casos? ¡Pues pedir al universo!
“Universo, queremos encontrar alguien que hable nuestro idioma, que nos acoja en su casa y que nos traiga la información correcta que hemos venido a buscar.”
Ese mismo día por la tarde, saliendo de uno de esos jardines sagrados, nos encontramos con una pareja:
– El chico habla español
– La chica nos acoge en su casa
– Y los dos trabajan con un maestro espiritual llamado Tony Samara
Encima resulta que, justo durante los días que estamos en su casa, el tal Tony Samara está haciendo un retiro de meditación y ayuno en Portugal que se puede seguir online.
Y cómo no, los colegas ofrecen a todo el que pasa por la calle que suba a su piso para disfrutar del retiro. Nosotros como ya estamos alojados en el piso pues nos apuntamos tan contentos.
Fueron solo 3 días, 3 días de meditación y ayuno, que dieron de nuevo un vuelco inesperado a mi vida.
Otro libro que tengo que escribir, ya van tres. 😉
Total, que me encontré a mí mismo, de la forma más profunda y real que nunca hubiera podido imaginar, y experimenté por primera vez en vivo y en directo que realmente es posible dejar de sufrir y vivir una vida plena.
Al cabo de unos meses decidí dejarlo todo: casa, trabajo y pareja, y con mi mochila a cuestas me fui a vivir a la comunidad del tal Tony Samara.
Había llegado el momento del compromiso al 100% con mi SER.
Me pasé un año en esa comunidad, la experiencia más increíble de mi vida, pero eso te lo cuento en mi cuarto libro 😉
La cuestión es que durante este tiempo de máxima conciencia y apertura, en el que fui capaz de amarme y aceptarme totalmente, soltarlo todo y no necesitar nada ni nadie…
¿A que no sabes con lo que me encontré?
¡Pues sí! Lo has pillao, fue en ese momento cuando por fin pude encontrar el amor de mi vida.
Si te fijas es totalmente lógico, llegó justo en el momento indicado, porque lo que es a dentro es a fuera.
Nunca en mi vida había estado más conectado conmigo mismo y, por primera vez, estaba realmente preparado para poder encontrar, reconocer y sostener una relación tan profunda e intensa como esta.
Esto nunca lo podré comprobar, pero sospecho que si la hubiera encontrado antes:
· O no la habría reconocido
· O no me habría sentido merecedor de ella
· O no habría durado ni 5 minutos antes de salir corriendo
Sea como sea, la realidad es que la primera vez que la vi lo supe al instante.
¿Cómo?
Pues porque cuando la miré a los ojos sentí que me caía dentro de ella con todo mí SER y no podía hacer absolutamente nada para evitarlo.
Lo gracioso del asunto es que cuando llegué a la comunidad ella estaba casada y con hijos.
De hecho el tío que me recogió de la estación y me llevó a la comunidad era su marido.
Imagínate ese primer momento justo al llegar, donde la veo por primera vez mientras bajo del coche, me coge el pasmo en el corazón y medio segundo después el tío va y me dice…
“Te presento a mi mujer”.
¡Zasca! Un poco más y me caigo de culo.
Así que bueno, le pongo de nuevo un candado a mi corazón y le digo:
“Tú quieto aquí y no me la líes”.
La verdad es que con el tiempo me enfoqué tanto en el propio trabajo interior que me olvidé por completo del tema.
Hasta que un día, después de varios meses, me encuentro un carta en mi cama.
¡¡¡Tachán, tachán!!!
¿A que no adivinas de quién era?
Pues sí, es justo lo que te estás imaginando, era de ella.
“Que si mi corazón palpita rápido cuando tú estás cerca”, “que si no sé qué, que si no sé cuántos”…
¡La madre que la parió!
Yo que tenía mi corazoncito ahí todo callao y va y me la lía ella…
Dos semanas más tarde, yo estaba durmiendo en su casa con ella y sus niños y su ya ex marido estaba durmiendo en la que hasta entonces había sido mi cama.
Sí, tal y como lo oyes, en las comunidades espirituales las cosas funcionan así, pim, pam.
Esto también sería otro libro, el quinto ya… Joder, es que un post se queda muy corto.
Total que allí empezó la super mega relación de pareja con el gran amor de mi vida.
A mí, como a tantos otros hombres, siempre me había dado un miedo que te cagas esto del compromiso.
Imagino que no seré el primero al que conoces que le pase esto, ¿verdad?
No sabría decirte exactamente por qué nos pasa, quizás porque nos acojona asumir responsabilidades y especialmente renunciar a nuestra “libertad e independencia”.
Además si el compromiso llega, como fue mi caso, no solo con el amor de mi vida si no con sus dos retoños, pues ya ni te cuento.
Dejando aparte que sabes que:
1- Te estás cargando una familia por el camino. (Que en realidad nos es por ti, que esas cosas pasan cuando la relación ya no funciona de antes pero cuéntate tu esa historia mientras ves cada día la cara del marido que está absolutamente destrozado)
2- Estás en una comunidad dónde todos vivís juntos (incluido el ex) y no hay donde esconderse.
3- Además el trabajo espiritual que estáis haciendo implica aceptar todo lo que pasa en tu interior sin excusas y responsabilizarte de tus propias historias.
En fin, que una vez le saqué el candado a mi corazón y dejé libre a la bestia, fue tal el tsunami de amor que emergió, que barrió absolutamente todo miedo habido y por haber.
Incluidos todos los que te he detallado en la lista de más arriba y muchos más.
Al final todo se reducía a una sola cosa:
Era tan grande, y tan real, lo que estaba sintiendo que no había forma humana de negarlo.
Si no me hubiera tirado a la piscina en ese momento no me lo habría perdonado nunca.
Por eso en relación a lo que hablábamos antes te digo:
El miedo al compromiso se cura con la dosis suficiente de amor.
El miedo al compromiso se cura con la dosis suficiente de amor. Clic para tuitear
Durante esos días profundicé un poco más en relación a la naturaleza del amor, te cuento:
Mientras el amor de mi vida aún se estaba planteando con cuál de los dos quedarse, una mañana me levanté con la certeza absoluta de que se iba a quedar con su marido.
Yo ya me había abierto de par en par y me había tirado a la piscina. Estaba sintiendo un amor como nunca antes había sentido y lo estaba sintiendo en relación a ella.
Cuando tuve esa intuición de que se iba a quedar con su marido, primero, me sentí morir.
“Dios, ¿qué voy a hacer?, si no me quiere me voy a morir”
Acto seguido habló mi corazón:
“Pues si me muero me da igual, pero mientras haya una pequeña esperanza yo la seguiré amando”.
Después vino la siguiente reflexión:
“Además, si estoy sintiendo esto por ella y al final ella no es el amor de mi vida, entonces, tiene que haber en algún lugar alguien con el que pueda sentir algo parecido o incluso mayor.”
Y después la revelación máxima:
“Espera, espera…Pero si soy yo el que está sintiendo esto quiere decir que ese amor está en mí, entonces no necesito nada ni nadie para poder sentir ese amor, lo único que tengo que hacer es abrirme a sentirlo.”
¡Eureka!
De nuevo, el amor no depende ni de ti, ni de mí y no nos pertenece. El amor es una energía que está ahí, conformando la esencia misma de todas las cosas y puedes acceder a ella cuando tú quieras.
Lo único que necesitas es el nivel de conciencia adecuado para sentirlo así.
Para que te hagas una imagen clara, el nivel de conciencia sería como la ruedita que te permite sintonizar la frecuencia de la radio.
Después de esa revelación, solté totalmente el miedo a perder al amor de mi vida y acepté plenamente cualquiera que fuera el resultado de su elección. Así que me fui a abrazar a todo el mundo sintiéndome más feliz que una perdiz.
MUCHO MEJOR QUE ENCONTRAR EL AMOR DE TU VIDA, VIVIR UN AMOR DE VERDAD
Cuando salí de la comunidad un año más tarde, mi vida había cambiado para siempre:
· La práctica de la conciencia plena y el servicio al otro pasó a formar parte de mi vida diaria.
· Ahora compartía aventura con el amor de mi vida, sus dos niños y otro que ya estaba en camino.
· Mi pasión por el Mindfulness me impulsó a fundar ATMA Experience, un espacio donde crear y compartir experiencias de corazón para vivir la vida con conciencia plena.
A día de hoy, después de 7 años juntos, hemos pasado por absolutamente todas las situaciones que te puedas imaginar.
Ese super mega amor que sentí al principio pronto quedó sepultado por toneladas de situaciones complejas que me pusieron de forma permanente entre la espada y la pared.
Entre ellas:
· Aprender a ser padre a marchas forzadas (ya vamos por 4 hijos).
· Encontrar la manera de sustentar a la familia.
· Lidiar con los asuntos prácticos del día a día.
· Tener que emigrar para poder subsistir.
· Renunciar a mi independencia, libertad y espacio personal.
Y un largo etcétera.
Durante este tiempo, ha habido momentos de todo:
· La he amado de todo corazón
· La he odiado a rabiar
· Has sido mi mejor amiga
· Y mi peor enemiga
· La he querido para siempre
· Y no la he aguantado ni un segundo más
· He querido envejecer junto a ella
· Y marcharme ya mismo para no volver jamás
Y todo esto repetidas veces…
¿Y qué he aprendido?
Pues que no tiene ningún sentido basar la continuidad de una relación en todas esas situaciones cambiantes que se van sucediendo repetidamente.
He descubierto que cuando soñaba con encontrar el amor de mi vida, no era más que eso, un sueño, una idealización.
Ya te he contado lo que pasa con las idealizaciones: que no hay nada que se les pueda comparar.
¿Por qué?
Muy simple:
Porque no son reales.
¿Y sabes qué?
Que yo paso del amor de mi vida, paso de vivir enfocado en lo que me gustaría que fuera, en un sueño siempre lejano e inalcanzable.
Prefiero quedarme con lo que es, prefiero quedarme con el amor de verdad.
Al principio amé a mi mujer como nunca he amado a nadie, ha habido muchos momentos a lo largo de la relación en los que he reconectado con este amor tan enorme.
Y siempre, incluso en los peores momentos, ese amor ha estado ahí debajo manteniendo viva la llama de nuestro compromiso.
Pero esto no ha evitado que a lo largo de estos años pasara por mis infiernos más profundos.
Si has tenido o tienes una relación de pareja y/o una familia seguramente ya sabes de lo que te hablo.
Y yo te pregunto…
¿Crees que ha sido vuestra relación la que ha creado estos infiernos?
Obviamente no, estos infiernos estaban ahí, dentro de ti, simplemente vuestra relación ha facilitado que todo esto subiera a la superficie.
¿Debes culpar a tu pareja/niñ@s por ello?
Obviamente no, lo que debes hacer es agradecerles la oportunidad que te están brindando de sanar las heridas internas que aún tienes.
¿Cómo puedes sanar esas heridas?
– Asumiendo la responsabilidad por las cosas que sientes, piensas y haces.
– Poniendo conciencia en ellas para comprender el mensaje que te están mandando.
Sé lo que piensas: “Es muy fácil de decir y muy difícil de hacer”.
Totalmente de acuerdo, soy el primero que me engancho una y otra vez con las mismas cosas.
Pero es un camino que se recorre momento a momento y lo mejor es que, cada paso que das en esta dirección, aporta mayor paz, sabiduría y felicidad a tu vida y a la vida de los que te rodean.
Y recuerda este clásico, que no por clásico deja de ser verdad:
Hasta el más largo de los viajes comienza con el primer paso.
Hasta el más largo de los viajes comienza con el primer paso. Clic para tuitearPor lo que a mí respecta, no tengo ni idea de si llegará el momento en el que sea capaz de vivir permanentemente en ese estado de amor que ya he experimentado en algunos momentos de mi vida.
No se si llegará el día en el que pueda compartir con mi mujer solo desde ese lugar lleno de amor, paz y felicidad, donde ya no haya más conflictos, ni tensiones, ni enfados…
Pero lo que sí sé, es que el hecho de que yo viva desde mi SER consciente, no depende de ella, ni de nuestra relación; depende exclusivamente de mí.
Es una elección que soy libre de tomar a cada instante y que viene directamente condicionada por el nivel de conciencia con el que vivo cada momento.
Si yo estoy en amor, amor es lo que veré a mí alrededor.
Y cuando esto no sucede, no tiene ningún sentido buscar fuera lo que no eres capaz de encontrar dentro, ni culpar a los demás por tu sufrimiento.
Entonces dirás.
¿Y qué sentido tiene estar en pareja?
Bien, como te comentaba, al final lo que vemos en el mundo es un reflejo de nuestro interior, en este sentido las relaciones son el espejo en el que nos vemos a nosotr@s mism@s.
Lo que pasa es que no todos los espejos te devuelven el reflejo con la misma claridad e intensidad.
Para ver todos los recovecos de tu ser, se necesita un espejo muy grande, que esté muy cerca y que se mantenga ahí el tiempo suficiente como para que puedas mirar hacia todos lados.
Si tú y tu espejo os mantenéis el uno frente al otro durante el tiempo suficiente, tendrás la oportunidad de ver todos los detalles de ti mismo que te pasaban desapercibidos.
Por esto vale la pena estar en pareja y aquí reside el compromiso sustentado en un amor de verdad.
Porque al final, como dice Sergi Torres: “El acto amoroso más elevado que podemos llevar a cabo como seres humanos, es usar al otro para descubrirnos a nosotros mismos sin culparlo a él por aquello que descubrimos en nosotros.”
Un compromiso como este es inquebrantable porque no depende de nada externo, ni del otro, ni de los vaivenes de la relación…
Es un compromiso forjado con tu propia esencia para seguir ahondando en el camino de la consciencia.
Y cuando dos personas que han asumido ese compromiso interno consigo mismas deciden unirse para compartir esta aventura de regreso al corazón, se vuelven absolutamente imparables.
Estos fueron nuestros votos el día de nuestra boda.
Boda en la que, por cierto, estaban presentes todas las mujeres que has conocido a lo largo de esta historia.
Mujeres que han sido y son fundamentales en mi vida y a las que quiero con locura.
A ellas les agradezco de corazón todas y cada una de las experiencias que hemos vivido juntos. Porque sin ellas no estaría aquí hoy.
Gracias maestras.
Y gracias como no a Nura, el amor de mi vida, compañera de mi alma, fiel espejo, ser de luz que un buen día decidió cambiar su plácida vida familiar por unas montañas rusas trepidantes, dando así inicio a esta historia que te acabo de contar.
Por cierto, el amor romántico quedó tachado ahí arriba, al principio de este relato…Pero debo admitir que sigo metiéndome grandes cantidades de Disney en vena y que siempre, siempre, acabo llorando…
Hay cosas que nunca cambian 😉
LAS 5 CLAVES PARA ENCONTRAR Y CONSERVAR EL AMOR DE TU VIDA
¡Ueeeeh! Lo has conseguido, has llegado al final del post sin morir en el intento, ¡toma ya!
Te hago saber que si te lo has tragado enterito, a estas alturas ya me conoces más que mi propia madre 😉
Imagino que ahora debes estar rollo:
«Wow Biel, que historia tan bonita pero…
¿Y esto yo cómo me lo como?»
Es decir, ¿cómo lo aplico en mi vida?»
Pues justo para eso he creado el vídeo que te dejo a continuación a modo de conclusión.
En él comparto contigo la síntesis de las cosas que he aprendido en este viaje y que me han llevado donde estoy ahora.
Así que si tú también quieres encontrar y conservar el amor de tu vida no te pierdas ningún detalle porque lo que aquí te cuento vale oro.
Espero que lo disfrutes y que su contenido te resulte útil.
Si prefieres tenerlo en PDF, aquí te lo dejo.
REGALO
Como has visto, el paso más importante para encontrar el amor de tu vida y mejor aún encontrar el amor que hay en ti es:
Desarrollar tu conciencia y conectar con tu SER.
Si quieres empezar ahora, aquí te dejo mi curso gratuito “Be Water my Friend”. Con él, aprenderás las claves para relajar tu cuerpo, calmar tu mente, liberar tus emociones y conectar con tu esencia a través del agua.
Contiene muchas de las herramientas que he encontrado a lo largo de mi camino y que utilizo en mi día a día para vivir de una forma más equilibrada y consciente.
Espero que te sea de utilidad.
Y recuerda que la felicidad solo es real cuando se comparte, así que cuéntame:
¿Te has sentido identificada con alguna de estas etapas que he compartido contigo?
¿Cuáles son tus claves para encontrar y conservar el amor de tu vida?
¿Cuál es tu historia con el amor (dentro o fuera)?
Me encantará leerte en los comentarios.