• Saltar al contenido principal
  • Saltar a la barra lateral principal
Tania Carrasco logo transparente mediano
  • INICIO
  • SOBRE MÍ
  • CONSULTA
  • FORMACIÓN
  • BLOG
    • ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO
    • DESARROLLO PERSONAL
    • MIS VIAJES
  • REGALO
  • CONTACTO

autoconocimiento

SI HAY DÍAS QUE TE SIENTES INÚTIL Y TE AHOGA LA FRUSTRACIÓN, ESTE POST ES PARA TI

8 mayo, 2017 por taniacarrasco 2 comentarios

Hay días, incluso largas temporadas, que sientes que no sirves para nada, la frustración te consume, sientes que todo lo haces mal y que jamás podrás conseguir las cosas que te has propuesto.

¡Cómo te entiendo!

Hace poco una amiga me planteaba estas mismas cuestiones y me preguntaba si yo alguna vez me había sentido así…

Sientes que la frustración va a acabar contigo. Es como un monstruo grande y feo que te aplasta y te bloquea, te desgasta y no te permite avanzar.

chica mordiendo ordenador- frustración

Nos ha tocado vivir una época en la que, se espera tanto de nosotros, que las expectativas y el estrés que te provoca esto, no te permite ser feliz.

Me encantaría presumir de que yo no siento frustración, pero te estaría engañando.

Yo también me levanto muchas mañanas con la sensación de que me voy a comer el mundo y cuando le doy bocaditos pequeños me invade una sensación de inutilidad que me cuesta mucho soportar.

Lo quiero todo ¡ya! y perfecto, igual que te pasa a ti.

Te has hecho una idea de lo que deberías haber conseguido, a tu edad, y el balance te sale negativo. Además, todo a tu alrededor te recuerda continuamente que no estás dando la talla.

Esto, lejos de darte impulso, te genera más frustración aún.

“¿Para qué lo voy a intentar si es muy difícil que lo consiga?”…

Y es posible que nunca lo consigas, que tus expectativas sean muy altas y que hayas dejado tu felicidad en manos del futuro, que no existe. 

¿Qué pasaría si así fuese? 

Pregúntate:

– ¿Qué pasaría si no consiguiese lo que quiero?

– ¿Tengo que esperar a tener ese trabajo que deseo para ser feliz?

– ¿Tengo que esperar a que la paz me la traiga el futuro?

– ¿Puedo alcanzar la perfección sin morir en el intento?

– ¿Voy a esperar a que aparezca la pareja adecuada para hacer las cosas que me gustan?

– ¿Merece la pena seguir luchando contra mi misma, cada día, sintiendo el cansancio más absoluto, cuando la felicidad es algo que podría tener ya?

– ¿Por qué esa frustración? ¿Dónde me lleva?

Quiero averiguarlo contigo, porque este artículo también es muy importante para mi propio crecimiento.

Te aviso de que me ha quedado un atículo extenso y con mucho contenido útil, o eso creo. Así que prepárate un té, o lo que sea que acostumbras a tomar en estas ocasiones, e intenta asimilar todo con calma para que la frustración te deje terminar.

Y ahora…¡acompáñame!?

 

¿QUÉ ES LA FRUSTRACIÓN?

Llamas frustración al sentimiento que se genera en ti cuando no puedes satisfacer un deseo que te habías planteado previamente.

Por ejemplo:

– En dos meses tengo que haber conseguido el trabajo de mi vida.

– Antes de los 30 habré encontrado a mi príncipe azul.

– A los 35 ya tengo que haber tenido 2 hijos.

– De aquí al verano tendré tableta de abdominales.

– A los 40 ya seré una mujer completa, sabia, feliz y con la vida resuelta.

¿Quién no se ha puesto alguna vez este tipo de metas y todo ha acabado en frustración y poco más?

Llegas a los 35 y…

– ni tienes el trabajo de tu vida,

– ni tu pareja se parece a Will Smith, en nada,

– no hay tableta de abdominales ni mucho menos,

– y si quieres ser una mujer completa, sabia y feliz a los 40, vas a tener que trabajar un poquito este sentimiento de frustración que te acompaña.

frustración ante la realidad

Las metas y las expectativas están muy bien si te sirven para impulsarte y llegar más lejos. Pero todo lo que te frena y te bloquea necesita ser revisado y visto desde otra perspectiva.

Estás de acuerdo con esto, ¿a que sí?

 

¿POR QUÉ TE SIENTES FRUSTRADA?

Vivimos en una sociedad que nos exige tener «éxito» para ser felices.

Un éxito mal entendido, que si no se adapta a lo que queremos en realidad, nos genera doble frustración: frustración porque no alcanzamos el éxito que impone la sociedad y frustración si ese éxito que plantea la sociedad, y te empeñas en buscar, no es lo que consideras éxito para ti.

Esto en las sociedades primitivas, donde sólo tenían que preocuparse por satisfacer sus necesidades primarias, no pasaba.

Y está muy bien que quieras tener éxito y lograr tus propósitos a toda costa, pero sin morir en el intento por favor. Estableciendo tus necesidades sin pensar en lo que los demás esperan de ti.

Sólo tú puedes saber lo que necesitas realmente para ser feliz. 

Te sientes frustrada porque planeaste algo en lo que pusiste muchas expectativas y no has podido llevarlo a cabo por los motivos que sean.

Debido a ello, te invade una sensación de malestar, de decepción, quizá incluso de impotencia y de “no sirvo para nada”, que dificulta que tu motivación se mantenga en las cotas necesarias para alcanzar ese objetivo en un segundo intento.

¿Por qué reaccionas así y no de otra manera?

¿La frustración es lógica?

Pues yo diría que sí, totalmente lógica en el mundo en que vivimos y en los círculos en los que nos movemos.

La sociedad occidental actual se rige por parámetros como la inmediatez, la impaciencia, el prestigio social.

Lo quieres todo ya, no eres capaz de esperar resultados que no se den a corto plazo sin sentirte inútil y además tienes que soportar que tu prestigio social se vea comprometido por no conseguir los objetivos que te habías propuesto.

¿Cómo te va a mirar la gente si no consigues ese trabajo?

¿No estás cansada de que te pregunten a qué esperas para ser madre?

Si estás soltera a los 30 será muy gracioso, porque tendrás que aguantar comentarios de todo tipo sobre el punto exacto que tiene que tener “tu arroz”.

¿Y si dejases de frustrarte por lo que puedan pensar los demás, incluido tu ego, y empiezas a aceptar la situación con calma?

 

TIPOS DE FRUSTRACIÓN

Kurt Lewin distingue los siguientes tipos de frustración:

– Frustración por barrera: te frustras cuando existe un obstáculo que te impide alcanzar tu objetivo.

Por ejemplo: quieres participar en la carrera del domingo, para la que llevas meses preparándote, pero te has torcido un tobillo y no puedes.

– Frustración por incompatibilidad de dos objetivos positivos: cuando existe la posibilidad de alcanzar dos resultados positivos pero incompatibles entre sí, también aparece la frustración.

Por ejemplo: tienes que decidir entre ir a tomar café con una amiga o gastar el bono del spa que te regalaron por tu cumple. Te apetece hacer las dos cosas, pero tener que elegir entre dos opciones positivas, dejando una para otra ocasión, también te produce frustración.

– Frustración por conflicto evitación-evitación: tiene lugar por la huida de dos situaciones negativas. Las dos situaciones nos disgustan por igual, pero tenemos que elegir a la fuerza.

Por ejemplo: te detectan una hernia discal y el médico te plantea medicarte de por vida o pasar por quirófano. Ninguna te vale, evitas tomar la decisión, y eso también te frustra.

– Frustración por aproximación-aproximación: cuando algo tendrá resultados positivos y negativos en igual medida, aparece la frustración ante la dificultad para decidir.

Por ejemplo: si cambias la vitrocerámica podrás cocinar más cómodamente pero tendrás que hacer un desembolso que ahora mismo no es sencillo. Ambas posibilidades (cambiar la vitro y no cambiarla) tienen resultados positivos y negativos, pero te cuesta tomar la decisión y aparece la frustración.

 

CÓMO REACCIONAS ANTE LA FRUSTRACIÓN

La frustración provoca que utilices mecanismos de defensa como la rabia, la angustia, pensamientos destructivos, ansiedad, que sólo consiguen empeorar tu situación.

Cuando te sientes frustrada te sientes:

– Ineficaz

– Con la autoestima por los suelos

– Sin ninguna motivación

– Desilusionada

– Fracasada

frustración y cansancio

Las personas como tú y como yo, que tenemos baja tolerancia a la frustración, solemos manifestar rasgos de personalidad parecidos. No todas las personas que sufren de frustración tienen estas características a la vez, ni mucho menos, pero ponerle nombre puede ayudarte a reconocerlas para poder hacerles frente.

Si tienes baja tolerancia a la frustración puede que seas una persona con alguna de estas características, o con todas:

– Impaciente: lo quieres todo para ayer y como eso es imposible las ataques de ira se intercalan con temporadas de tristeza extrema, ante la incapacidad para esperar resultados. En este caso, como bien dice Borja Vilaseca en su artículo: “la impaciencia no sirve para nada”.

– Impulsiva: te cuesta mucho controlar tus emociones.

– Exigente: sobre todo contigo misma y de rebote con los demás.

– Más susceptible a padecer cuadros de ansiedad o depresión: es muy fácil caer en patologías de este tipo si la frustración es una constante en tu vida.

– Egocéntrica: crees que el mundo gira a tu alrededor y que te lo mereces todo por existir. Cuando te das cuenta de que no eres el centro del universo, te frustras.

– Inflexible: tienes un carácter y un comportamiento bastante rígido que te impide lidiar con las situaciones que no tenías previstas.

– Con baja capacidad de adaptación: te cuesta mucho aceptar los cambios que no has decidido tú previamente.

– Radical: ves las cosas en blanco o negro, no hay grises para ti. Todo o nada, o contigo o sin ti.

– Fácilmente desmotivable: como tu tolerancia a la frustración es muy baja, cuando no consigues lo que quieres de inmediato, no eres capaz de mantener la motivación que te ayudará a seguir intentándolo hasta conseguirlo.

– Chantajista emocional cuando las cosas no salen según tus expectativas: si puedes usar el chantaje emocional para conseguir aquello que no llega y que, según tú, ya debería haber llegado, no dudarás en chantajear emocionalmente a quien haga falta para acortar el camino que te lleva a tu objetivo.

¡Una joyica vamos! ?

Es broma mujer…No quiero que esto te sirva para frustrarte más, sino todo lo contrario. ¿Sabes por qué? Porque, querida amiga, como digo siempre…

todo lo menos bueno que hay en nosotras y en nuestra vida, se puede convertir en el maestro perfecto para crecer, evolucionar y conseguir todo lo que nos propongamos.

Eso sí, de una forma más sana de la que estás acostumbrada.

Como también creo que para cambiar algo es imprescindible conocerlo y aceptarlo, es importante que tengas en cuenta cómo te manejas con la frustración, aunque todo lo que acabo de contar no se cumpla en ti en todo momento.

No eres flexible o inflexible siempre, ni chantajista siempre, ni impaciente siempre. Sólo hay veces que te comportas de una manera, veces que te comportas de otra, y veces que todo se mezcla y ¡no pasa absolutamente nada!

 

¿QUÉ PUEDE TENER DE POSITIVO LA FRUSTRACIÓN?

Pues si no te das cuenta de que la padeces, no te va a poder aportar mucho más que sufrimiento.

Lo bueno de ti es que ya te has dado cuenta que te sientes muy frustrada y además estás dispuesta a cambiarlo.

¡Enhorabuena! ¡Ya tienes la mitad del camino recorrido!?

salir de la frustración por el buen camino

Aunque hay muchos estudios como este que dicen que la tolerancia a la frustración debe empezar a trabajarse en la infancia, ya vamos tarde para eso ?

No te va a quedar más remedio que trabajarla ahora.

La frustración no aparece sólo cuando hay algo en tu vida que no has conseguido. La frustración también aparece cuando, aunque consigues aquello que te has propuesto, no lo haces según el nivel de exigencia que te habías marcado.

Madre mía qué cansancio, ¿no?

Eso que ha sucedido por debajo de tus expectativas no ha podido ser gestionado de una forma positiva y es lo que te genera los problemas. 

Las emociones no son malas o buenas en sí, se convierten en malas o buenas en función de tu capacidad para lidiar con ellas y extraer sus aprendizajes.

La frustración es una respuesta normal, natural y que todo el mundo siente alguna vez. Que no dramatices es muy importante.

Si entras en el círculo vicioso que te suele provocar la frustración, lleno de pensamientos negativos que comprometen seriamente tu autoestima, es mucho más complicado que lo veas como algo positivo.

Porque a lo que viene la frustración es a enseñarte cosas como estas:

– La vida lleva su ritmo, por mucho que tú quieras correr.

– Ponerse metas es muy sano siempre y cuando estés preparada para aceptar que puede que no consigas lo que quieres, en el momento exacto en que lo quieres.

– Cuando algo no llega a tu vida es porque aún necesitas aprender muchas cosas antes de recibirlo.

– Quizá estés buscando en el lugar menos adecuado.

– Puede que las cosas que desea tu ego no sean las que necesita tu alma.

– Aceptar lo que la vida te da es la única manera de lograr algo mejor.

– Disfrutar mientras perseguimos nuestros sueños es mucho más importante que llegar a ellos.

 

¿QUIERES SABER DE QUÉ VA VESTIDA MI FRUSTRACIÓN?

Pues te lo voy a contar…

En el momento de mi vida en que me encuentro, no puedo evitar sentirme perdida en muchas ocasiones. No porque no sepa lo que quiero, porque casi siempre lo sé, sino porque a mi tampoco me salen las cosas con la rapidez con la que me gustaría que me saliesen.

Me sorprendo muchos días con esa ansiedad que me bloquea el diafragma y me dice: “para, respira, está todo bien, ¿merece la pena tanta prisa?”.

Realmente ¿a quién tengo que rendirle cuentas?, ¿qué pasa si el artículo no sale el lunes y sale el martes?, ¿me voy a morir de hambre debajo de un puente si no empiezo a ganar dinero ya?

Es muy poco probable que ocurra alguna catástrofe si las cosas no me salen en los tiempo que me he marcado.

Lo que sí es una catástrofe es postergar mi felicidad, mi tranquilidad y mi serenidad por un objetivo que en ningún caso es de vida o muerte.

He tenido que aprender a pararme, reflexionar, gestionar la frustración mucho más que nunca y darme cuenta de que no merece la pena, se mire por donde se mire.

 

10 CLAVES PARA LIDIAR CON LA FRUSTRACIÓN

Sí, que me calle y te empiece a dar soluciones, ok…aunque realmente ya te las he dado casi todas.

A lo largo del post no he tenido muy en cuenta un consejo muy sabio que me dio Juan, de Aprendizaje y Vida, en una ocasión que le pedí su ayuda para manejar mis propias frustraciones.

Juan me dijo lo siguiente:

«Muchas veces la frustración no viene de no conseguir nuestros objetivos, sino de que no comprendemos cuales son realmente nuestras necesidades y el cómo buscamos satisfacerlas»

Así que aquí van las 10 claves. ¡A por ellas que tienen mucha chicha!

1. Identifica tus necesidades y cómo intentas satisfacerlas

Es muy importante que te conozcas y entiendas por qué haces las cosas que haces y por qué sientes las frustraciones que sientes.

Para ello, te ayudarán mucho estos dos artículos de Juan: el del jinete y el elefante y el artículo sobre dolor y placer.

2 . Huye de la perfección

“Nunca digas nunca, ni este cura no es mi padre”, en este caso no nos sirve. Puedo asegurarte que nunca vas a conseguir ser perfecta y que además eso es bastante aburrido, supongo ?

Aléjate de la búsqueda de la perfección si quieres ser feliz y superar la frustración.

3. No te dejes llevar por lo que los demás esperan de ti

Lo que los demás (la sociedad, tu madre, tu pareja, tus amigos, tu ego) quieran de ti, no es asunto tuyo. Busca sólo aquello que te haga estar en paz contigo misma.

4. No apuestes todo a la misma carta

Aunque yo este punto no lo tengo muy claro, en muchos artículos sobre la frustración que he estado leyendo para contrastar información, hablan de tener un plan B.

Puede estar bien e incluso funcionar.

Si tienes otras alternativas, a parte de tu objetivo principal, te será más fácil tolerar la frustración porque has barajado otras opciones y puedes ir a por ellas si falla la primera.

5. Apuesta todo a la misma carta

Efectivamente, lo contrario a lo que te he dicho antes. Y es que tienes que empezar a dejar de verlo todo en blanco o negro y usar las mezclas cuando puedan servirte.

Apostar todo a la misma carta puede darte más fuerza y perspectiva para conseguir tu objetivo más rápidamente porque todo tu foco está puesto en una única opción.

Pero ¡cuidado!, si apuestas todo a la misma carta tienes que tener muy en cuenta el siguiente punto.

6. Acepta lo que venga

La capacidad de aceptación que tengas es quizá el requisito más importante para que consigas superar la frustración.

A veces alcanzarás tus objetivos en el momento justo, a veces los alcanzarás más tarde y a veces no los alcanzarás porque no estaban en tu camino, por muchas ganas que tú tuvieses.

Acepta que la vida fluye a pesar de ti y que cuando no consigues algo la vida sigue y tú puedes ser feliz a pesar de ello.

7. Cultiva tu autoestima

Sin autoestima eres un barco a la deriva. Vas a seguir teniendo problemas y momento bajos por mucho que mejores la relación contigo misma, pero si el aprecio que te tienes es mayor que tu frustración, será muy difícil que las dificultades que se te presenten te hagan sentir inferior.

Vales lo mismo tanto si consigues tus objetivos como si no lo haces.

Vales tu peso en oro, incluso cuando no cumples con tus expectativas.

¡Que esto no se te olvide!

8. Agradece lo que venga

Aceptar lo que venga y agradecerlo después te va a dar mucha paz.

Cuando algo no te salga tan bien como querías, puedes decirte:

“Bueno, no se acaba el mundo, gracias a esta situación seguro que puedo aprender otras cosas”. Y busca ese aprendizaje para enrriquecerte.

Aprende a utilizar el poder de la gratitud.

9. Dale la vuelta a la tortilla y pon el foco en lo positivo

Las cosas son buenas o malas en función de cómo decidas mirarlas.

Cuando la frustración asome la cabeza, usa todo eso que antes era negativo (falta de ilusión y motivación, sensación de fracaso, ansiedad, etc) en tu beneficio:

Cuando te des cuenta de que te sientes así, cambia esa sensación y esos pensamientos por exactamente lo contrario.

Pero cuidado con eso también, no se trata de tapar y autoengañarte.

Primero se acepta lo menos bueno que ha llegado, se agradece porque te va a enseñar algo y después le puedes dar la vuelta para que juegue a tu favor.

10.    No te presiones

No te obligues a estar siempre bien y con el ánimo por los aires. Date permiso para estar menos activa cuando sientas que no puedes más. No pasa nada.

paz interior- frustración

 

CONCLUSIONES

La frustración puede ser una emoción muy limitante y desesperante pero si sabes relacionarte con ella podrás llegar allá donde te propongas.

Sé que no es fácil y que quizá aún tengas muchas dudas, pero intenta no frustrarte de nuevo y dar pequeños pasitos que te lleven a conseguir tus objetivos.

Pequeños, muy pequeños, pero que al proporcionarte más confianza en ti misma te van a liberar de tanta auto exigencia y te van a posibilitar reconocer el valor que tienes.

¿Y si eso no pasa?

¡Pues a seguir viviendo que son dos días!

No dejes que tus emociones te controlen. Deja que salgan para enseñarte cosas y busca la dirección que te de más serenidad por el camino.

Sé que hay días de euforia y días que no puedes levantarte de la cama, déjalo estar y deja de presionarte.

La meta es el ahora y el camino es igual de importante que aquello que quieres conseguir.

¡Tópico pero cierto!

 

Espero que te hayas dado cuenta de cómo te manejas con la frustración y cómo puedes empezar a cambiarlo.

Para cualquier cosa, te espero en los comentarios.

TU PARTICIPACIÓN ES FUNDAMENTAL Y SEGURO QUE TU OPINIÓN PUEDE AYUDAR A OTRAS PERSONAS

COMPARTE para que podamos llegar a más gente.

Pero prometo no frustrarme si no lo haces ?

¡QUE SIGA LA REVOLUCIÓN!

UN ABRAZO SIN EXPECTATIVAS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: autoconocimiento, cultivar tu autoestima, desarrollo personal, expectativas, frustración, impaciencia, impotencia, inutilidad, no cumplir con las metas, rabia, sensación de fracaso

QUERER AGRADAR A LOS DEMÁS TE ESTÁ GENERANDO CONFLICTOS INTERNOS. ¿QUIERES CONOCER 9 CLAVES PARA SOLUCIONARLO?

10 abril, 2017 por taniacarrasco 44 comentarios

Has creído durante mucho tiempo que para ser aceptada y feliz tenías que agradar a los demás a toda costa. A mí también me pasaba…

Pero también has aprendido a fingir que tú vas a tu aire y que no necesitas la aprobación de nadie. A mí también me pasaba.

  • Eras una hija complaciente pero rebelde cuando algo te irritaba mucho
  • Una hermana complaciente pero tus hermanas no se daban cuenta
  • Una amiga complaciente aunque te mostrases independiente
  • Una trabajadora complaciente aunque te encantaba tu trabajo

Eras la persona que creías que le gustaría a todo el mundo.

Al principio te funcionaba y conseguías tus objetivos: ser aprobada, alabada y querida. Hasta que te diste cuenta de que habías pasado por alto tus verdaderas necesidades y como no las manifestabas y nadie las conocía, esas personas a las que tú complacías, se volvían egoístas.

Se acostumbraron a que siempre dijeses a todo que sí y ya no había forma de que pudieses ponerte en tu sitio.

Además, ¿cómo iban a saber esas personas lo que tú querías si de lo único que te preocupabas era de lo que querían ellas?

Estabas más pendiente de sus problemas que de los tuyos, que también están ahí.

No conozco a nadie a quien no le guste agradar a los demás.

– ¿Quién no quiere que los demás estén contentos con sus decisiones?

– ¿Quién no quiere que le den su aprobación a todo lo que hace?

– ¿A qué persona no le gustaría complacer a todo el mundo en todo momento?

Como ser social que eres, tienes la necesidad de estar en contaco y llevarte bien con aquellas personas con quienes te relacionas.

El problema viene cuando esto se convierte en una obsesión que hace que te olvides de ti misma y pongas por delante las preferencias de l@s demás frente a las tuyas propias, sin sentido y por inercia.

Con el tiempo, te vas dando cuenta de que te estás traicionando a ti misma y de que es imposible complacer siempre a todo el mundo.

Ahora, cada vez que antepones las necesidades de otras personas a las tuyas propias, te sientes mal, se te hace un nudo en el estómago e incluso te cuesta respirar. Estás comprobando que ese no es el camino que te conducirá a la paz mental.

Tienes tal necesidad de agradar a otr@s que no sólo estás hasta la coronilla sino que es posible que explotes en algún momento y se líe parda.

¿Y cómo vas a permitirte eso? Si tienes una salida de tono no podrás agradar con la misma facilidad, por lo que aguantas un poquito más…

Al fin y al cabo tampoco es tan malo complacer a la gente…

Así tendrás amor incondicional de todo el que te rodea. Si continúas comportándote de esa manera, agradando y complaciendo, nunca te faltará el cariño de nadie.

¿Eso crees?

No, ya no lo crees. ¡Eso creías antes!

Ahora más bien te parece que te estás defraudando a ti misma continuamente y que por mucho que intentes agradar siempre habrá alguien, siempre, para quien no sea suficiente.

Conozco esa sensación perfectamente. Conozco el sentimiento de frustración que se siente cuando, aunque es algo que no resuena contigo, haces cosas para agradar y encima no lo consigues. 

Y aún peor, haces algo para agradar a los demás y lo consigues, pero te sientes tan mal que preferirías haberte arrancado los pelillos de la nariz con las pinzas porque lo que has hecho no va para nada con lo que tú sientes realmente.

¿Dónde te lleva esto?

¿Quieres seguir así?

¿Cuánto crees que aguantarás a costa de tu propia felicidad?

CUÁL ES EL ORIGEN DE LA NECESIDAD DE AGRADAR A L@S DEMÁS

Esa necesidad de agradar a los demás que tienes nace en la infancia.

  • Si buscas aprobación y no te la dan, malo. Pasarás la vida buscando y buscando y no podrás construirte una autoestima sana que te aleje de esa necesidad.
  • Si, por el contrario, cuando eres niña te dan la aprobación que buscas, te engancharás a esa sensación que puede llegar a ser muy adictiva.

Y así, no llegas a saber qué quieres en la vida, ni qué te hace feliz a ti, porque estás demasiado ocupada en hacer “felices” a los demás.

Por suerte, vas creciendo y haciéndote consciente de con qué cosas te sientes mejor e intentas conseguirlas. Si le gustan a l@s demás es perfecto, pero si esas personas no están de acuerdo con lo que tú quieres, vuelta a empezar:

¿L@s demás o yo? ¿Quién va primero?

MOTIVOS POR LOS QUE NECESITAS AGRADAR A LOS DEMÁS

Es normal que quieras agradar a todo el mundo. Los seres humanos necesitamos la aprobación para sentirnos parte del grupo social. Está demostrado que la gente más social presenta mayores índices de felicidad.

Estudios como este lo corroboran: a las personas que se apoyan en las relaciones con l@s demás, les va mucho mejor y son más felices.

Por lo tanto, si relacionarse bien con la gente da felicidad, crees que complaciendo en todo a esa gente con la que te quieres relacionar dichas relaciones serán más fructíferas.

Todo lo contrario.

No sé a ti, pero a mí las personas que se traicionan así mismas para agradar a otras me producen más sentimiento de compasión que otra cosa.

Sin embargo, las personas auténticas que no tienen miedo a ir en contra de opiniones diferentes y manifiestan sus deseos con asertividad, me merecen mucho más respeto y confianza. Por mal que suene decirlo.

ORIGEN DE LA NECESIDAD DE AGRADAR A LOS DEMÁS

En este artículo se explica muy bien de dónde viene esa necesidad de aprobación. Las causas son diversas y no tienen por qué darse de la misma manera en todas las personas.

Algunos de los motivos son los siguientes:

– No recibiste halagos en su momento.

La niña que eras creció sin sentir la aprobación que le hubiese gustado y por ello aún la sigue buscando.

Cuando los padres son demasiado críticos o no te dan la atención “suficiente”, puedes sentir que hay algo malo en ti. La sensación de abandono y el miedo al ridículo se desarrollan y hacen que escondas lo que eres.

A unas mujeres les da por manifestar esa sensación de sentirse insuficientes y a otras, como tú y como yo, les da por esconderse detrás de una máscara aparentemente preciosa y resistente. 

– Quieres ser aceptada a toda costa.

Has desarrollado unos mecanismos de supervivencia para prevenir la sensación de abandono.

Te preocupa mucho ser rechazada y piensas, muy erróneamente, que si vas en contra de lo que quieren los demás estas personas no te aceptarán. Piensas que mostrarte como eres puede alejarte de mucha gente.

Tienes tal obsesión por ser aceptada que se ha convertido en algo que haces en piloto automático, sin darte cuenta.

– Falta de autoestima.

El hecho de no haber conseguido reforzar tu autoestima correctamente hace que te apoyes en lo que se llama heteroestima (percepción que tienes de lo que te aprecian los demás).

Así que cuantas más valoraciones positivas te lleguen, más crees que vales y en eso fundamentas un aparente amor propio.

Te apoyas en un sentimiento de falsa autoestima, de forma inconsciente, que repercute en todas las áreas de tu vida.

EN QUÉ MOMENTO AGRADAR A L@S DEMÁS SE CONVIERTE EN ALGO PERJUDICIAL PARA TI

Agradar es muy bonito, y muy positivo, cuando no se convierte en una obsesión que conduce tu comportamiento. Si te identificas con varias de estas conductas puede que tengas que hacer algunos cambios.

– No sabes decir «no».

Estás por y para todo el mundo, antes que para ti misma. Quieres decir “no” pero eres incapaz, si eso implica hacer algo que la otra persona no espera de ti.

Pones por delante hacer favores a l@s demás antes que satisfacer tus propias necesidades.

– Tus emociones dependen de lo que opinan otras personas.

Si te alaban te sientes alegre y feliz, pero si te desaprueban, te sientes triste y frustrada.

– Intentas pasar desapercibida o llamar demasiado la atención, te vas a los extremos. 

Quizá esto de pasar desapercibida no te preocupe siempre pero sabes que, a veces, lo haces con tal de evitar las críticas que podrían derivarse de comportarte con naturalidad, tal y como tú eres.

En otras ocasiones, haces ver tu originalidad si así piensas que vas a gustar más.

– Te preocupas demasiado por la imagen.

No te permites estar mal arreglada en público. Para mostrarte ante los demás necesitas tener una imagen “adecuada” por si alguien pudiese ver realmente cómo eres.

Está genial arreglarse y querer tener buena imagen, pero si es una necesidad que te obsesiona, tienes un problema. Y sé muy bien de lo que hablo.

Las mujeres que no tienen la necesidad de aprobación constante no tienen inconveniente en mostrarse con la cara lavada y sin arreglar, con toda naturalidad.

– Tienes opiniones diferentes pero no te atreves a expresarlas por si molestas a alguien.

Prefieres adecuarte a lo que piense esa persona antes que dejar clara tu posición y que dicha persona se pueda ofender.

– Vives en un estado de angustia intentando ajustarte en todo momento a lo que otras personas esperan de ti.

Ya sabes que es imposible agradar a todo el mundo, así que la ansiedad hace aparición a menudo para recordártelo.

Porque, aunque lo sabes, no soportas caerle mal a alguien, aunque a ti ese alguien te importe un pimiento.

CONSECUENCIAS DE QUERER AGRADAR A LOS DEMÁS SIEMPRE

Todo lo que haces en la vida tiene sus consecuencias. Si tu rol principal pasa por querer complacer siempre  obtendrás resultados, como estos, que a veces no serán los deseados:

– La gente se acostumbra a que les quieras agradar y lo aceptarán como si fuese tu obligación. De esta manera, cuando te salgas de lo que esas personas piensan que deberías hacer, no lo aceptarán y exigirán ser complacidos, puesto que es a lo que les has acostumbrado.

Si cada lunes le llevas flores a una amiga, el lunes que no lo hagas serás juzgada.

– Generarás malestar. Hay mucha gente a la que les gustará que intentes agradarles constantemente y otra mucha gente a las que eso les parezca un suplicio.

El halago permanente, el sí a todo, el no tener una opinión objetiva y el decir lo que crees que esa persona quiere escuchar, te resta credibilidad.

Ya, ya sé que no lo haces a menudo, solo cuando tienes muchas ganas de agradar a esa persona. Pero lo haces.

Acabarán dándose cuenta que todo lo que haces y dices no tiene validez porque lo haces y dices simplemente para complacer. Te perderán el respeto y no les interesará tu opinión.

– Serás manipulada y abusarán de ti. Puesto que sólo buscas complacer y no sabes manifestar tus deseos, abusarán de tu buena voluntad y te manipularán para que acabes haciendo lo que otras personas quieren.

Sé que pareces fuerte y segura, con las cosas claras, con una buena autoestima.

Sé que en realidad esas personas a las que intentas agradar no tienen ni idea de que lo haces.

Sé también que no te manipulan ni abusan de ti con la intención de fastidiarte, simplemente usan las herramientas que tienen para sobrevivir a su propia vida.

Pero cuando se dan cuenta de que contigo es fácil usar el chantaje emocional, lo seguirán utilizando.

Y aunque te muestres fuerte y segura, también saben que eres de buen corazón y que intentarás hacer lo que sea para que ell@s estén bien.

No se trata de mandarles a la mierda, que a veces no está de más, sino de que tú misma te respetes para que nadie abuse de ti, consciente o inconscientemente.

– Con esta necesidad patológica, te olvidas inevitablemente de ti y esto será lo que te traerá las peores consecuencias. Actúas siempre para agradar a l@s demás, y en muchos casos no tendrá nada que ver con lo que tú quieres.

De esa manera, te sentirás tan mal contigo misma que tu autoestima, lejos de aumentar, decrece por momentos porque empiezas a sentirte insatisfecha con tus actuaciones, ya que haces cosas que realmente no quieres hacer.

Se te agotará la energía. 

– La angustia, la ansiedad y la frustración, irán haciendo mella en ti hasta que empieces a escucharte.

Estas tácticas para agradar te han estado funcionando mucho tiempo, hasta que el vacío que sientes se ha hecho palpable.

Ahora ya no te vale con agradar, ahora quieres sentirte en paz contigo misma y establecer prioridades. Solo así llegarás donde quieres.

– Perderás de vista lo que quieres, cómo lo quieres y no serás capaz de ver con claridad quién eres. Te desconectas de tu propia alma y te olvidas de ti. Todo esto no hace más que obstaculizar tu propio crecimiento personal en todas las áreas de tu vida.

Así que como ya te has dado cuenta, es el momento de hacer algo, ¿no?

9 CLAVES PARA SUPERAR LA NECESIDAD DE AGRADAR A L@S DEMÁS

Cuando la necesidad de agradar te genera malestar, no te queda otro camino que frenar esa conducta para no sentirte mal contigo misma.

Ya, qué fácil suena y qué complicado es hacerlo…lo sé, he pasado por muchas de estas conductas. Pero estoy segura de que poniendo un poco de atención conseguiremos mejorar juntas.

Estas son las 9 claves que te recomiendo para ponerle fin a esto:

1. OBSÉRVATE.

Imagina que estuvieras viendo la película de tu vida. Observa estos comportamientos, cuando los tengas, y analízalos. ¿Qué sientes? ¿Por qué lo haces? ¿Qué necesidad está intentando cubrir tu comportamiento?

2. PÁRATE A PENSAR antes de tomar cualquier decisión.

Cuando alguien te plantee alguna cuestión que requiera de tu participación, no actúes por inercia y tómate un tiempo para pensarlo.

Así podrás reafirmarte en lo que tú quieres con mayor seguridad.

3. ESCUCHA A TU CORAZÓN

Cuando observes los comportamientos de los que hablamos y te pares a tomar una decisión, piensa primero qué es lo que opinas y lo que quieres tú.

Ya hemos hablado de escuchar al corazón en otras ocasiones. Olvídate por un momento de lo que necesiten l@s demás. Cuando hayas conseguido averiguar qué es lo que quieres tú, puedes pensar si está en sintonía o no con lo que quieren esas personas y, en función de eso, tomar una decisión.

4. APRENDE A MANIFESTAR TUS OPINIONES Y DESEOS CON ASERTIVIDAD

Que quieras algo diferente a lo que se espera de ti no significa que tenga que haber un conflicto.

Si lo que quieren l@s demás y lo que quieres tú va en la misma línea, genial, todo el mundo contento. Pero si lo que tú quieres no es lo que quiere esa otra persona, manifiesta tu opinión con todo tu amor, sin confrontación, sin imposiciones.

5. ACEPTA QUE NO VAS A PODER GUSTARLE A TODO EL MUNDO

Que sepas manifestar tus deseos con amor y asertividad no significa que l@s demás tengan que estar de acuerdo contigo.

Asume que no siempre gustarás, que no siempre te aprobarán y no te lo tomes como algo personal. No es algo contra ti, es algo contra la opinión o la actuación que estás teniendo.

Eso no te hace menos valiosa, sino exactamente lo contrario.

6. MANTENTE FIRME

Cuando tienes claro lo que quieres y cómo lo quieres y, además, no haces ningún mal a nadie con ello, no te dejes manipular. Sé fuerte, sé coherente y sostén la frustración que te va a generar esa desaprobación al principio.

Después pasará a convertirse en respeto por ti misma y hará crecer tu autoestima.

7. BUSCA EL EQUILIBRIO

No se trata de que pases de ser la “niña buena” a la bruja del cuento. Se trata de que cambies las cosas que haces sólo por agradar y que te hacen daño a ti.

A veces se podrán llegar a acercar posturas y que quede un “ni pa ti ni pa mi” y otras veces habrá que posicionarse con más agudeza para luchar por lo que tú quieres.

8. COMENTA TU NECESIDAD DE CAMBIAR con las personas con las que tienes estos comportamientos.

Puedes explicarles, si así lo consideras, cómo te sientes y por qué a partir de ahora vas a empezar a mirar más por ti. Y hazte cargo también de que la reacción de estas personas no sea la que te gustaría.

No se acaba el mundo, no pasa nada. Tú puedes responsabilizarte de lo que tú sientes pero no de lo que sientan ellas.

9. QUIÉRETE, ACÉPTATE Y RESPÉTATE COMO ERES porque es la única manera de que los demás puedan hacer lo mismo.

Si tú valoras tus deseos y tus opiniones, habrá a quien le guste y a quien no, pero establecerás relaciones más verdaderas y te sentirás más en coherencia contigo misma. Y eso, querida amiga, no tiene precio.

Y para eso, quizá podrías empezar a transformar algunos hábitos relacionados con la alimentación y el ejercicio para sentirte tan bien por dentro que no te importe nada lo que digan fuera.

CONCLUSIONES

A estas alturas de la película ya sabrás que tu felicidad depende única y exclusivamente de ti. Si las personas con las que te relacionas te dan o no su aprobación, puedes ser igual de feliz.

También tendrás claro que para tener la vida que deseas, tienes que ser capaz de defender tus derechos. Pensar sólo en los derechos de l@s demás, olvidándote de los tuyos propios, no es la mejor manera de tener la vida auténtica que estás buscando.

Agradar a l@s demás está muy bien y es muy bonito. Querer que el resto del mundo esté contento y poder cubrir necesidades de personas a las que tenemos aprecio llena el alma. Pero cuando es a costa de tu propia alma el precio es demasiado alto.

Encontrar el equilibrio entre las necesidades de los demás y las tuyas propias sería lo ideal. Pero está claro que encontrar, y mantener, el equilibrio en todo es una tarea muy difícil.

Sólo pensando un poco más en ti y haciendo sólo las cosas que te hacen sentir bien, estarás más cerca de la vida que quieres. Si, por el camino, además eres capaz de complacer a otr@s, seguro que eso te da aún mayor felicidad.

Es precioso ayudar a la gente y hacerla un poco más feliz. Pero lo primero, siempre y cuando no hagas daño a nadie, eres tú.

En RevolucionaT trabajamos para potenciar tu salud física para que te sientas bien y puedas gestionar mejor tus emociones y tus retos.

Si estás dispuesta a dar el paso, te espero dentro.

Un abrazo enorme

Y GRACIAS A LA AMIGA QUE ME PIDIÓ QUE ESCRIBIERA SOBRE ESTO

Espero que con tu idea y mi artículo hayamos podido ayudar a muchas personas.

Y tú, ¿cuántas cosas has hecho por agradar a l@s demás, sin tener nada que ver con lo que tú querías?

¡Me encanta «escucharte»!

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: agradar a los demás, autoconocimiento, autoestima, conflictos internos, desarrollo personal, felicidad, necesidad de aprobación

DE PERSONAS TÓXICAS, RELACIONES TÓXICAS. CÓMO CONSTRUIR RELACIONES SANAS DESDE EL AUTOCONOCIMIENTO

27 marzo, 2017 por taniacarrasco 10 comentarios

Las relaciones tóxicas son más frecuentes de lo que pudiese parecer. Queda atenta a todo lo que quiero contarte porque yo misma me he sorprendido con lo que iba saliendo de mí mientras escribía este artículo.

Este artículo viene además en forma de confesión. Me estoy empezando a quitar máscaras y esto ya no tiene marcha atrás.

Voy a quitarme otros cuantos pesos de encima ahora mismo…

 

 

 

 

No creo que sea justo hablar de relaciones tóxicas, sino más bien de personas tóxicas.

Una relación no es tóxica porque sí, una relación es tóxica porque los comportamientos de las personas implicadas son tóxicos.

Esto no significa que haya personas tóxicas o personas no tóxicas, significa que, a veces, tod@s tenemos comportamientos tóxicos.

Como no me gustan las etiquetas, prefiero hablar de personas que tiene comportamientos tóxicos, que de personas tóxicas en sí.

Todo el mundo, en mayor o menor medida, tiene comportamientos tóxicos en algún momento.

Pero claro, es mucho más sencillo reconocer estos comportamientos en los demás, que reconocer que tú también tenemos esos comportamientos.

Porque, ¿qué persona es más tóxica, la que tiene comportamientos tóxicos o la que permite que alguien tenga comportamientos tóxicos con ella?

Creo que aquí ambas partes juegan un papel muy parecido.

Así que no voy a echar balones fuera y voy a contarte cómo convertirte tú en una persona no tóxica para que puedas dar lugar a relaciones sanas y armoniosas.

Y te lo quiero contar desde el punto de vista de alguien a quien le ha costado mucho tiempo darse cuenta de sus comportamientos tóxicos: yo.

Si te soy sincera, el tema de las relaciones tóxicas no lo he tenido muy presente hasta que me propusieron que escribiese algo al respecto.

Es curioso cómo a raíz de esta propuesta empecé a hacerme consciente de muchas cosas que no había sabido ver antes.

Empecé a ahondar en el tema y decidí tomar la responsabilidad de entender mis propios comportamientos tóxicos antes de poner el foco en los comportamientos tóxicos de las personas que han formado parte de mi vida.

Estoy deseando contarte todo lo que he descubierto.

 

 

DÓNDE EMPIEZA A FORMARSE UNA PERSONA TÓXICA

Como todo, empezamos a adquirir determinados comportamientos en nuestro entorno familiar.

Es rara la familia donde por un lado o por otro no existan relaciones tóxicas. Puesto que ya hemos reconocido que todas las personas tenemos estos comportamientos en algún momento, nuestros padres no van a ser diferentes.

Para empezar, la forma que tengan de comportarse entre ellos, será crucial para que tú admitas como normales unos u otros comportamientos.

Si la relación de tus padres era muy tóxica, tienes muchas papeletas para continuar con la costumbre.  Cuando las discusiones, los insultos, los chantajes, son tónica general en casa, va a ser complicado que tú salgas de allí comportándote de otra manera.

A quien no le haya pasado esto, por favor que me lo cuente porque habrá que diseccionar su cabeza para estudiarla en profundidad.

Pero haciendo referencia al artículo de la semana pasada sobre cómo sanar la relación con tus padres, vamos a dejar de culparles de todo y a empezar a poner orden en nuestra vida.

 

CÓMO RECONOCER A UNA PERSONA TÓXICA CON UNA HISTORIA MUY PERSONAL

O mejor dicho, cómo reconocerse como persona tóxica.

Te voy a contar cómo era yo en mis relaciones de pareja…

Coge palomitas que la cosa promete. 

 

Mi novio de toda la vida, que era un santo, puede que sea la persona menos tóxica con la que me haya encontrado en el terreno sentimental.

Era un chico que no discutía conmigo, nada más que cuando yo le provocaba. No había celos, es más, se enorgullecía cuando me ponía faldas muy cortas o salía a bailar semidesnuda a algún escenario (en mis tiempos mozos).

Tampoco le preocupaba que tuviera amigos, ni que pasase demasiado tiempo con ellos. La confianza era tal que me sentía libre para hacer lo que quisiera, cuando quisiera.

No tenía ningún tipo de condicionamiento ni represión. En ningún momento me decía qué tenía que hacer, cómo me tenía que comportar, con quién tenía que hablar o qué tenía que pensar. Era libre para ser yo.

Mi comportamiento con él era bastante diferente. Mi comportamiento distaba mucho de parecerse a lo que él hacía conmigo.

Las relaciones tóxicas son de dos, pero aquí está claro quién tenía más papeletas para llevar la toxicidad a la relación: «moi».

A pesar de no darme motivos, mis celos provocaban más de un problema. Si le veía hablando con alguna chica con la que me parecía que no tenía que hablar, yo misma iba a cortar la conversación en plan gata en celo.

De este modo, yo tenía muchos amigos masculinos y él…también. No le daba la posibilidad de tener amigas, ni que se le pasase por la cabeza.

Sin embargo, yo iba de super liberal y de super comprensiva. Más tóxica no podía ser. ¡Menuda fachada!

Si en algún momento él hacía algo que no cuadraba con mis planes, la teníamos muy gorda. Mi cólera podía llegar a límites insospechados.

No es que mi pareja de aquel entonces fuese una persona sumisa, para nada, me dejaba jugar con su libertad lo justo y lo necesario, por eso teníamos otros tantos problemas.

Los enfados podían durarme días, en los que buscaba mil manera de castigarle por su comportamiento.

No hablemos ya del tema “invasión de la intimidad”…

Registraba, no sólo su móvil, sino todo lo que fuese susceptible de ser registrado, sin tener absolutamente ningún motivo.

Te cuento una anécdota muy seria, que antes me hacía gracia:

Mi chico se va de viaje de fin de carrera. En estas ocasiones mis sentimientos siempre eran encontrados, por un lado quería que se fuese y se lo pasase bien y por otro lado habría matado porque se hubiese quedado conmigo.

Siempre debatiéndome entre la persona tóxica y la persona sana. Dos caras de la misma moneda, donde si ganaba una, necesariamente perdía la otra.

A su vuelta, yo presentía que me estaba ocultando algo. Le hacía siempre miles de preguntas: con quién estuviste a esta hora, cuántas copas te bebiste, a qué hora te levantaste, cómo era la habitación, cuántas chicas había en el viaje…

Todo para encontrar una mínima razón para «liarle un pollo» y confirmar que yo estaba en lo cierto.

Conocía a mi novio y sabía cómo se comportaba con unas copas de más. Y se comportaba como todo el mundo: se deshinibía, se ponía en la cabeza lo que pillase y bailaba con ese ritmo suyo que nunca pudimos mejorar.

Seguro que también tonteaba con chicas, pero sin ninguna maldad, ahora estoy convencida.

Pero a mí no me entraba en la cabeza que un chico como él no fuese rompiendo corazones allí por donde pasaba, y que no aprovechase esas situaciones cuando yo no estaba delante.

«Piensa el ladrón que todos son de su condición…»

Así que ni corta ni perezosa, registré su correo electrónico y encontré un email que hizo que se me revolviesen las tripas.

Por fin y después de tantos años, ¡había encontrado una mentira!. Y mira que había puesto empeño para encontrarlas antes…

Una parte de mí se alegraba de haber encontrado pruebas de mis sospechas. ¡Era un cabronazo! ¡Lo sabía!

En ese email, una chica del viaje le pedía disculpas por su comportamiento de “aquella noche” y hacía otra serie de referencias extrañas que nada tenían que ver con el viaje inocente que me había descrito mi pareja.

Así que yo que era muy lista, por no decir manipuladora absoluta, contesté a ese email haciéndome pasar por él.

Ya te he dicho antes que sabía perfectamente cómo era mi chico cuando se bebía unas copas, así que daba por hecho que esa noche iría «fino filipino». Lo normal en un chaval joven que está de viaje con sus amigos, supongo.

Para sonsacarle información a la muchacha, le dije que fruto del alcohol no recordaba mucho y que necesitaría que me refrescase la memoria sobre lo que pasó “aquella noche”.

Esta muchacha, que no debía ser tan lista como yo, entró al trapo sin mucho esfuerzo por mi parte.

Su respuesta me dejó helada: contaba que ella le había confesado a mi novio su interés por él, pero que él había dejado claro que tenía novia y que estaba muy enamorado.

«Loca de contenta» no es la expresión adecuada porque no puedo ponerle ni palabras a la sensación tan grandiosa que sentí en ese momento.

De todas maneras, no debí quedarme a gusto del todo y volví a responder para que supiese que con quien había estado hablando era conmigo, con la novia del chico que se quería ligar. Así marcaba mi territorio, bien marcado, y la dejaba quedar como una gilipollas.

La muchacha se ofendió mucho con mi comportamiento, pero ya ves tú lo que a mí me importaba eso. Y no contenta con haberla humillado y ridiculizado, la amenacé para que mantuviese la boca cerradita.

No te rías que no tiene gracia.

¡Telita conmigo!

Debí ser muy convincente porque así lo hizo. Mi chico no supo nada hasta mucho tiempo después, cuando decidí confesar y tuve que aguantar la bronca que me cayó, con mucha razón.

Pues ni siquiera después de eso dejé de desconfiar, de controlar todos sus movimientos y de chantajearle a la primera de cambio.

Siempre que podía, le recordaba las meteduras de pata que había cometido para que mi rol de víctima me proporcionase atención y privilegios.

Cuando precisamente yo era la que más tenía que callar.

 

¿ERES UNA PERSONA TÓXICA?

Aunque parezca muy evidente, no he sido capaz de considerarme una persona tóxica hasta que he puesto por escrito este relato.

Yo me creía una pareja maravillosa, comprometida, abnegada, sacrificada, comprensiva…¡y una mierda!

Si te estás reconociendo en estos comportamientos, tú también eres una persona tóxica. ¡So sorry!

Pero ya has visto que no pasa nada, que se sobrevive y se puede mejorar 😉

Si por el contrario, la persona que tienes al lado tiene estos comportamiento, corre porque la cosa no va a acabar bien.

Las personas tóxicas no sólo las encontramos en las relaciones de pareja, no te engañes; estos comportamientos son extrapolables a cualquier tipo de relación.

Vamos a verlo.

 

 

TIPOS DE RELACIONES TÓXICAS

Como tipos de relaciones tóxicas podríamos hacer varias listas, yo te dejo la mía, escueta y directa pero puedes profundizar más aquí.

– Con los padres:

Como ya he comentado más arriba, las primeras relaciones tóxicas que estableces son con tus padres. Bien porque entre ellos mismos han tenido una relación tóxica o bien porque han tenido comportamientos tóxicos para contigo.

– Con la pareja:

Las relaciones tóxicas de pareja son las más fáciles de reconocer, sobre todo desde fuera. Desde dentro es tremendamente difícil reconocer este tipo de comportamientos. Las personas que se comportan de forma tóxica en su pareja han tenido padres con relaciones tóxicas, casi seguro.

– Con l@s amig@s:

¿Quién no tiene una amiga/o que se comporta de forma tóxica? Esas personas que demandan todo el tiempo tu atención y no son capaces luego de darte más que migajas cuando eres tú la que las necesita a ellas.

– En el trabajo:

Ninguna faceta de tu vida se escapa de la posibilidad de tener relaciones tóxicas. En el trabajo, que es donde más tiempo pasas, también se producen estos comportamientos. Compañer@s que te hacen la vida imposible, jef@s que no saben tratarte con educación y respeto, client@s que se aprovechan de ti…

– Contigo misma:

Y esto es lo peor que te puede pasar. Si te maltratas a ti misma, si te cuestionas, te castigas, te insultas…¿cómo quieres que se comporten los demás contigo? Si la relación que mantienes contigo misma es tóxica, no puedes esperar otra cosa de los demás.

 

TIPOS DE COMPORTAMIENTOS TÓXICOS

Todo lo que no tenga que ver con el respeto, es un comportamiento tóxico:

– Falta de amor propio: si no te quieres, no te respetas. Por tanto, si tú no te quieres ni te respetas, difícilmente vas a atraer amor y respeto a tu vida.

– Malas palabras: normalmente, las palabras que usas contigo, las usas también con los demás. Es difícil que si eres una persona que se dice cosas bonitas, insultes a alguien. Del mismo modo que si no estás acostumbrada a insultarte a ti misma, no vas a permitir que nadie lo haga. Mira a ver cómo es tu diálogo interno. 

– Chantaje emocional: el chantaje emocional es una herramienta muy poderosa, que en las manos equivocadas puede hacer mucho daño. A veces es tan sutil que es imposible de reconocer. Tienes muchos libros interesantes que hablan de este tema. Cuando yo era una chantajista profesional, me quejaba de la gente que intentaba chantajearme, pero siempre entraba al trapo. A pesar del chantaje emocional al que me sometían, accedía a él y acababa comportándome como esas personas querían que me comportase, siempre a costa de mí misma.

Y luego presumía de autoestima, ¡toma ya!

Cuando me empeñé en sanar esta parte de mí, ahora no sólo no entro al trapo sino que si me haces chantaje emocional para conseguir algo de mí ten seguro que vas a conseguir lo contrario.

Al mismo tiempo, cuando me sorprendo siendo una chantajista, advierto a la otra persona: “Cuidado conmigo que te la estoy intentando colar”.

– Celos: los celos son condición indispensable en las relaciones tóxicas. Puede ser que tengas celos de tu madre porque tienes que compartir a tu padre, celos de un compañero de trabajo que está obteniendo más privilegios que tú, celos hacia tu pareja, celos porque tu amiga hoy ha quedado con otra amiga y tú la quieres solo para ti. O directamente puedes ser tú el blanco de una persona celosa. Sea como fuere, normalmente son reacciones infundadas y desproporcionadas que poco tienen que ver con la realidad, pero sí con una falta de autoestima terrible.

– Humillaciones o salidas de tono: si tienes estos comportamientos o los sufres, ya sea en público o en privado, la toxicidad está aumentando en tu relación.

 

 

CLAVES PARA DEJAR DE TENER RELACIONES TÓXICAS

Si aceptas que tienes relaciones tóxicas porque tú eres una persona tóxica, el camino va a ser mucho más fácil y enrriquecedor.

Así deja que te muestre algunas de las claves que a mí me han ayudado para superar este tipo de situaciones:

 

1º. Reconoce esos comportamientos en ti misma: si sientes que tienes una relación tóxica, párate a observar cómo te comportas tú en esa relación. A lo mejor consideras que la otra persona es más tóxica que tú, pero desde el momento en que permites su comportamiento, estás jugando al mismo juego.

 

2º. Antes de nada tienes que cambiar tú: si te estás dando cuenta de tus propios comportamientos tóxicos, olvídate de lo que la otra persona implicada esté haciendo y pon el foco en cambiar tú. Cuando intentamos sanar algo desde el reconocimiento de que nosotras influimos enormemente en ese “algo”, la perspectiva del asunto cambia.

Vas a sentir que entonces tú tienes el poder de sanar esa relación. No tienes que esperar a que la otra persona cambie. La responsabilidad está en ti. Tanto si es porque tienes que cambiar tu forma de hacer las cosas como si es por el hecho de tener que atreverte a romper con los comportamientos de esa otra persona.

 

3º. Pon límites: siéntate a clarificar qué comportamientos estás dispuesta a permitirte a ti y, por tanto, a permitir a los demás, y cuáles no. Piensa qué tipo de persona quieres ser con los demás, qué relaciones quieres tener, y actúa en consecuencia. Pon los límites necesarios para que las relaciones tóxicas vayan desapareciendo: aprende a decir no y a manifestar lo que deseas con asertividad y amor.

 

 

 

CONCLUSIONES

Es muy importante que sepas que todas las personas tienen comportamientos tóxicos en algún momento de su vida. Como no podemos alcanzar la perfección, esto seguirá siendo así para siempre.

El camino pasa por reconocerlo y trabajar para conseguir que estas situaciones se den cada vez menos.

No sería lógico tampoco romper una relación porque ha habido un momento puntual de celos, una salida de tono aislada o un chantaje emocional puntual.

Hay cosas que pueden hablarse y mejorarse sin dramatizar.

Pero lo más importante de todo es que entiendas que una persona tóxica, una persona que se comporta de forma tóxica como tónica general, no puede tener relaciones sanas.

Todo pasa por trabajar para convertirte en el cambio que quieres ver en los demás.

Me ha costado darme cuenta, pero he entendido por qué después de esa relación que te contaba, seguía teniendo problemas con mis parejas.

Normalmente la castrante era yo. La que más iba de liberal y super comprensiva. Hasta que la vida, harta de que no aprendiese, me puso delante a un castrador profesional. Una persona que actuaba de forma tremendamente parecida a como yo actuaba años atrás.

Si la vida te está dando lo mismo, si entras y sales de relaciones tóxicas que no te aportan más que dolor, vas a seguir haciéndolo hasta que aprendas lo que la vida te está intentando enseñar.

Cuando perpetuamos las mismas situaciones una y otra vez es porque nos empeñamos en no aprender de ellas.

La mayor parte de las veces porque miramos fuera lo que tenemos que buscar dentro. El culpable siempre es el otro. Eso nunca te enseña nada y hace que entres en un bucle muy difícil de frenar.

Cuando una relación te esté haciendo daño, mira a ver cómo está siendo tu comportamiento y cámbialo.

Si a pesar de tus cambios la cosa no mejora, retírate porque puede ser que esa persona tenga más cosas que sanar que tú.

Pero, en principio, empieza poniendo el foco en lo que tú puedes hacer para cambiar esa relación, desde dentro de ti.

Yo he conseguido mejorar mucho a este respecto, hice mucha terapia y mucho ejercicio de introspección para entender todas mis sombras. Poco a poco voy viendo cambios en cosas, como esta, de las que ni siquiera era totalmente consciente.

Nunca serás perfecta, siempre habrá cosas que te hagan daño, forma parte de la vida. Pero el paso del tiempo y aprender de los errores irá haciendo mella en ti y permitiendo que construyas una vida a tu manera.

La relación que tienes contigo misma cada vez será más sana, lo que verás reflejado en tu relación con los demás.

Y si tu relación contigo misma es sana, tienes en tus manos una gran victoria.

 

Me encantaría saber tu opinión,

¿Te consideras una persona tóxica?

¿Has tenido relaciones tóxicas?

¿Qué hiciste para superar la situación?

Estoy deseando escucharte.

MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TUS «COSAS» CONMIGO 

 

 

Publicado en: DESARROLLO PERSONAL Etiquetado como: autoconocimiento, cambiar, diálogo interno, personas tóxicas, relaciones tóxicas, sanar las relaciones de pareja

Barra lateral principal

  • Aviso Legal
  • Política de Privacidad
  • Política de Cookies
  • Declaración de Accesibilidad
  • Contacto
ES Financiado por la Union Europea WHITE Outline
Logo PRTR BLANCO
logo kit digital

© 2018-2023 Instituto Tania Carrasco. Todos los derechos reservados

Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros para recopilar información estadística sobre su navegación y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias, generada a partir de sus pautas de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Acepto Leer Más
Política de cookies

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR